Con la llegada de la primavera no solo irrumpe el buen tiempo, también llegan las alergias, el incremento de brotes en pieles atópicas o el aumento de la sensibilidad cutánea. Los cambios bruscos de temperatura, el aumento gradual de horas de sol o los altos niveles de contaminación, son algunas de sus causas, a las que se unen factores internos como el cansancio o el estrés, en los casos más severos. Según la Asociación de Afectados por la Dermatitis Atópica (AADA), el 15% de la población española la padece de forma severa y un 0,08 % la sufre con carácter grave.
Pero, ¿qué diferencia existe entre la piel sensible y la piel atópica? La piel sensible es aquella que, ya sea por una causa externa, como una pérdida de defensas o bien por su propia naturaleza, reacciona con rojeces, picores, irritaciones o descamaciones ante determinados productos tópicos, exposiciones al sol, al efecto del viento o a cambios de temperatura.
Por el contrario, la piel atópica tiene un origen genético. Se trata de una enfermedad crónica inflamatoria de la piel que suele presentarse en brotes y que, generalmente, coinciden con los cambios de estación. Los pacientes con dermatitis atópica tienen alterada la barrera cutánea y el sistema inmunológico, por eso, la enfermedad se ve agravada por factores externos y cambios bruscos de temperatura. Las reacciones cutáneas pueden confundirse en su fase inicial con las de la piel sensible, pero, en general, suelen ser mucho más fuertes y puede haber más causas que provoquen el brote.
Los pacientes con dermatitis atópica tienen alterada la barrera cutánea y el sistema inmunológico, por eso, la enfermedad se ve agravada por factores externos
El picor es una de sus manifestaciones claras, el cual sufre un alto porcentaje de los afectados por este problema cutáneo, y se debe a la extrema sequedad de la piel. De esta forma, la piel se muestra más apagada, áspera y sensible. Por eso, lo que más necesitan este tipo de pieles es reponer los factores de hidratación natural de la piel, evitando así la falta de humedad y, por tanto, el deterioro de su función barrera.
Consciente de las necesidades de este tipo de pieles, hoy desde Estetic.es te presentamos el tándem perfecto de Boderm propuesto por Olyan farma para mantener la hidratación de las pieles sensibles y conseguir calmar e hidratar la piel atópica.
Por un lado está Boskin crema emoliente, una crema hidratante indicada en el tratamiento de las pieles muy secas y sensibles. Además, ayuda a prevenir los brotes de dermatitis atópica gracias a su formulación, que incluye: extracto de miel pura, con acción hidratante, antioxidante y antiinflamatoria; ácido hialurónico de bajo peso molecular, que hidrata en profundidad; manteca de karité, que protege y regenera la piel; panthenol, cuya acción calmante es muy efectiva y ayuda a restaurar la barrera natural de la piel, al mismo tiempo que potencia su proceso de regeneración; aloe vera, con propiedades antiinflamatorias, hidratante, suavizante, cicatrizante y regenerante; y extracto de oliva, con propiedades hidratantes, nutritivas y antioxidantes.
Por otro lado, Boskin shower gel, un gel de ducha con surfactantes no irritantes que proporcionan a la piel una limpieza suave, sin resecarla, a la vez que la hidrata gracias a su novedosa galénica en la que destacan activos como: ácido glicirrético, un activo del regaliz que ayuda a calmar las rojeces y el picor propios de este tipo de pieles; glicerina, con propiedades hidratantes excepcionales gracias a su gran capacidad para atraer y retener la humedad; base lavante suave, que protege e hidrata la piel respetando su manto hidrolipídico; y MG60, que ayuda proporciona protección e hidratación cutánea, evitando que los tensioactivos en pieles extremadamente sensibles puedan irritar la piel.