El pasado mes de mayo, el portero sevillano Sergio Rico, actualmente en la plantilla del París Saint Germain (PSG), sufrió un grave golpe en la cabeza durante la Romería de El Rocío (Huelva) tras caer y ser pisado por un caballo y sufrir un traumatismo craneoencefálico.
Tras el accidente, el guardameta de 30 años, fue trasladado en helicóptero hasta el hospital Virgen del Rocío de Sevilla, donde estuvo 26 días en coma y permaneció ingresado hasta el 18 de agosto de 2023.
A pesar de la desgracia, la intención del futbolista siempre estuvo clara, volver a jugar al fútbol. Así lo cuenta en la reciente entrevista con 'Canal+Foot', después de haber sido operado de un aneurisma y todo el proceso que ha pasado desde lo ocurrido en mayo.
"Lo asemejo todo al fútbol, el fútbol es mi vida. El médico así lo decía, que al final una arteria mía era un poco más gruesa o más grande que la de una persona que no hiciera tanto deporte. Me siento muy afortunado de seguir vivo porque había sido muy grave y había estado en juego la vida", explica el portero.
"Me siento muy afortunado de seguir vivo porque había sido muy grave y había estado en juego la vida"
Rico contó durante la entrevista que un médico le había afirmado que si no hubiese sido por su condición física y por ser un atleta de alto nivel, habría muerto. Quizás haya sido eso lo que le ha motivado a seguir siendo lo que hasta ahora había sido, jugador de fútbol, aclarando por supuesto que los profesionales sanitarios le han dado el visto bueno para intentarlo.
"El médico se sorprendió mucho y empezó a explicarme que había tenido un accidente grave. Me dijo que sí. A partir de ese momento, me sentí aliviado. Casi salto de la cama del hospital. La vida es muy importante. Nadie quiere morir, pero si hubiera tenido que dejar de jugar al fútbol, no habría merecido la pena", reconoce Sergio Rico.
No obstante, el jugador cuenta con algunas inconvenientes: los médicos dijeron que había un riesgo en cuanto al equilibrio, pero es perfecto. Es casi un milagro que esté tan bien. No debo exceder los 130 latidos por minuto. Todo lo que puedo hacer sin exceder este límite, lo hago", concluyó Rico.