La inteligencia artificial (IA) se ha abierto camino en todos los ámbitos aportando numerosos beneficios que han conseguido marcar un antes y después en la tecnología. Desde las industrias de todo el mundo buscan saber dónde y con que frecuenta implementar la IA en sus flujos de trabajo, sin embargo, una nueva encuesta de ZoomRx a más de 200 profesionales de las ciencias biológicas apunta a un panorama diferente en el sector biofarmacéutico.
Aunque parezca incomprensible, más de la mitad de los encuestados dijo que sus empresas habían prohibido a los empleados utilizar la famosa herramienta de IA generativa, ChatGPT de OpenAI. Esto se debe al miedo de las grandes compañías farmacéuticas de que se filtren sus datos confidenciales a través de herramientas con poca supervisión como esta.
"Creo que para muchas de estas empresas de ciencias biológicas, las repercusiones de cualquier error en los datos actualmente superan cualquiera de los resultados percibidos”
“La pregunta se centra en ¿Cómo equilibrar entre lo especulativo y lo empírico? ¿Los posibles beneficios comerciales frente a los riesgos de seguridad reconocidos? Creo que para muchas de estas empresas de ciencias biológicas, en particular aquellas que se encuentran entre las 20 principales, las repercusiones de cualquier error en los datos actualmente superan cualquiera de los resultados percibidos”, indicó Andrew Yukawa, responsable de la estrategia de ZoomRx, en un comunicado.
En concreto, según recoge Fierce Pharma, Yukawa hace referencia a un error que requirió el cierre completo de ChatGPT que permitió a ciertos usuarios ver el historial de otras personas. Un hecho que, al trasladarlo al sector farmacéutico se convierte en, se puede observar el peligro que conlleva, por ejemplo, con patentes registradas. Como alternativa a la prohibición de esta herramienta, algunas farmacéuticas han recurrido a dar ciertas pautas a sus trabajadores para el uso seguro de IA generativa.
Aunque es cierto que el informe recoge que un 83% de los encuestados calificó la tecnología de “sobrevalorada”, muchas empresas de ciencias biológicas la están utilizando activamente. Prueba de ello, solo el 8% dijo que aún no había comenzado a adoptar la IA, en comparación con poco más del 50% de los encuestados que dijeron que ya tenían “algunos” o “varios” casos de uso en producción, y el 10% que afirmó estar liderando la industria en adopción de IA.
"Creo que lo que estos resultados muestran es una dicotomía entre lo que la IA puede ser en un sentido teórico e idealista y lo que es actualmente la IA en un sentido más práctico y tangible"
“Sabemos que si bien la IA generativa sobresale en ciertas áreas (como generación de contenido, recuperación de información, tareas de programación), también tiene dificultades en otras tareas (desinformación, alucinaciones, razonamiento cuantitativo). Creo que lo que estos resultados muestran es una dicotomía entre lo que la IA puede ser en un sentido teórico e idealista y lo que es actualmente la IA en un sentido más práctico y tangible", resume Yukawa.
Entre las biofarmacéuticas que sí utilizan la IA, la aplicación más común fue el descubrimiento de fármacos, seguida de la medicina personalizada y la optimización de ensayos. Y, reforzando esta idea de utilidad contra miedo, a pesar del uso bastante común de la tecnología, persisten las preocupaciones sobre la seguridad. Cuando se les pidió que calificaran su acuerdo con un par de afirmaciones en una escala del uno al siete, el 81% dio un cinco, seis o siete a su "creencia" en IA para mejorar la eficiencia y eficacia, frente al 91% que hizo lo mismo por la “preocupación de la IA por la seguridad, la privacidad y el uso de los datos”.