La epidemia del fármaco para la tos: Más de veinte jarabes detrás de las más de 300 muertes de niños

Ante lo sucedido las organizaciones gubernamentales reguladoras instan a los fabricantes de jarabes que realicen una comprobación de la presencia de contaminantes como etilenglicol y dietilenglicol antes de utilizarlos en medicamentos.

Niña enferam tomando jarabe (Foto: Freepik)
Niña enferam tomando jarabe (Foto: Freepik)
José Iborra
29 agosto 2023 | 00:00 h

A lo largo del año 2022 comenzó una 'epidemia' de fallecimientos en Gambia. Tras numerosas investigaciones, se calcula que la producción y distribución de un jarabe para la tos y el resfriado fue el desencadenante de que en octubre 69 niños murieran en este país. El motivo, proporciones más elevadas de las debidas de dietilenglicol etilenglicol.

Un mes después fue en Uzbekistán donde continuaron los fallecimientos, después de que un total de 18 pacientes pediátricos consumieran, concretamente, el jarabe Doc-1 Max ,debido también a la sustancia tóxica etilenglicol administrada en dosis superiores al estándar para niños, lo que les provocaba una lesión renal aguda que no remitía.

Este contexto provocó la investigación de ambos casos aparentemente relacionados. Según pasaban los meses la situación no hacía más que empeorar, en enero de 2023 ya se contabilizaban más de 300 niños fallecidos en Gambia, Uzbekistán y ahora también en Indonesia. Tras la aparición de casos en este nuevo país dio comienzo una nueva investigación donde se amplió el estudio a otros países en los que se podría haber exportado el jarabe, como CamboyaFilipinasTimor Oriental y Senegal, además de hacer un llamamiento a los gobiernos y a la industria farmacéutica para iniciar controles urgentes con el objetivo de erradicar los medicamentos deficientes y mejorar el proceso de regulación.

En este punto de las investigaciones se llegaron a identificar seis fabricantes en Asia que se negaron en repetidas ocasiones a asumir su responsabilidad y a admitir que hayan utilizado en algún momento materiales contaminados. A su vez la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió alertas específicas, señalando y cerrando las plantas de Maiden Pharmaceuticals y Marion Biotechdonde sí encontraron sustancias tóxicas.

En enero de 2023 ya se contabilizaban más de 300 niños  fallecidos

En junio de este mismo año se continuaban identificando lotes contaminados de estos productos. Desde la OMS llegaron a identificar un total superior a más de veinte jarabes procedentes de la India e Indonesia entre los medicamentos contaminados que presuntamente estuvieron detrás de las muertes de los niños.

El motivo parece encontrarse en la falsificación de propilenglicol, un alcohol que se usa como disolvente, humectante, conservante y agente de extracción en la industria de medicamentos. La responsable es la empresa Samudra Chemical, que vendía los productos químicos tóxicos hallados en los jarabes, dietelinglicol y etilenglicol, como si fuera propilenglicol, realizando cambios en el empaquetado y adulterando el contenido para enviarlo a los distribuidores.

Para hacer frente a esta situación, se están imponiendo nuevas medidas en búsqueda de frenar esta epidemia de jarabes para la tos adulterados. Así, desde el Gobierno indio se han endurecido las medidas de exportación de fármacos a otros países, obligando a analizar muestras en laboratorios gubernamentales de los jarabes para la tos antes de exportarlos al extranjero.

Han endurecido las medidas de exportación de fármacos a otros países

La India ha sido considerada durante mucho tiempo como “la farmacia del mundo”, debido a su producción a gran escala de medicamentos genéricos de bajo costo y componentes activos, además de por contar con el segundo mayor número de plantas de producción aprobadas por la Administración de Alimentos y Fármacos (FDA, por sus siglas en inglés), después de Estados Unidos. 

El último lote contaminado fue encontrado e incautado el 8 de agosto de este año en la República de Iraq. Ante lo sucedido, se insta a los fabricantes de jarabes, sobre todo a aquellos que contienen o utilizan propilenglicol, polietilenglicol, sorbitol y/o glicerina/glicerol, que realicen una comprobación de la presencia de contaminantes como etilenglicol y dietilenglicol antes de utilizarlos en medicamentos.

Los profesionales sanitarios deben estar atentos ante cualquier caso y notificar cualquier sospecha de efectos adversos relacionados con el uso de medicamentos contaminados a las Autoridades Reguladoras Nacionales de Farmacovigilancia.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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