Neuralink, de nuevo en el punto de mira por incumplir con las normas de seguridad en sus transportes

El Departamento de Transporte de Estados Unidos ha comunicado que finalmente la apuesta sanitaria del multimillonario Elon Musk ha transportado sustancias potencialmente muy peligrosas sin autorización

Elon Musk (Foto. Flickr)
Elon Musk (Foto. Flickr)
30 enero 2024 | 00:00 h

Las compañías en las que se encuentra involucrado el multimillonario Elon Musk vuelven a estar envueltas en la polémica. Concretamente, su apuesta en el sector salud, Neuralink. Desde sus inicios, la biotecnológica ha estado en el punto de mira por experimentar con monos en condiciones poco óptimas, errores que les han llevado a tener abiertas dos investigaciones: en torno a las muertes de varios de estos primates y al transporte de patógenos peligrosos de chips extraídos sin las medidas oportunas.

Precisamente en la segunda de las investigaciones, casi un año después de que comunicasen los primeros informes del Departamento de Transporte de EE.UU, los registros muestran que se encontraron numerosos problemas con el manejo de materiales peligrosos por parte de la startup. Según recoge la agencia Reuters, no se encontraron materiales infecciosos, sino que Neuralink violó las normas de la entidad con respecto al movimiento de esta clase de materiales.

Desde el Departamento de Transporte realizaron una serie de inspecciones, en la que descubrieron que Neuralink no se había registrado como una compañía de transporte de materiales peligrosos

El problema surge a inicios de 2023, momento en el que la compañía fundada por Musk poseía instalaciones tanto en Texas como en California, y, como es evidente, transportaron materiales de una sede a otra. Por ello, desde el Departamento de Transporte realizaron una serie de inspecciones, en la que descubrieron que Neuralink no se había registrado como una compañía de transporte de materiales peligrosos.

Más concretamente, los registros indican que se encontraron residuos calificados como peligrosos, como el xileno, un líquido que se reconoce por ser muy inflamable. Según apuntan desde la Agencia para el Registro de Sustancias Tóxicas y Enfermedades (ATSDR, por sus siglas en inglés), esta es una sustancia producida a partir del petróleo que puede provocar todo tipo de afecciones.

La investigación del Departamento de Transporte se inició después de que Reuters informara que los empleados de Neuralink presentaron quejas internas sobre la aceleración de los experimentos con animales, proceso que estaba causando “un gran sufrimiento y muertes innecesarias”. En esta misma línea, el Comité de Médicos de Medicina Responsable (PCRM, por sus siglas en inglés), avisó al Departamento de que en 2019 Neuralink ya había transportado los implantes cerebrales sin las medidas adecuadas.

APROBACIÓN SORPRESIVA DE LA FDA

A pesar de encontrarse continuamente salpicada por diferentes cuestiones, a mediados de 2023 Neuralink anunció oficialmente que había recibido la luz verde de la Agencia del Medicamento de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) para poner en marcha el primer ensayo clínico en humanos. Un hito sin precedentes que calificaron desde su cuenta de X como “un primer paso importante que permitirá que esta tecnología ayude a muchas personas”.

Aunque todavía se desconoce el número exacto que se inscribirán, sí que se ha comunicado que tendrá una duración de aproximadamente seis años, en los que se supone que realizarán hasta 22.204 cirugías de forma automática

En estos meses, la compañía especializada en neurotecnología ha conseguido recaudar un total de 280 millones de dólares (259 millones de euros) en una ronda de financiación gracias a la empresa de capital de riesgo Founders Fund. Una inyección económica que le permitirá afrontar los gastos del ensayo PRIME (Precise Robotically Implanted Brain-Computer Interface), que tiene como objetivo evaluar tanto la seguridad como la funcionalidad de los implantes cerebrales en personas con parálisis.

Según han explicado, un robot desarrollado por la propia compañía colocará quirúrgicamente los hilos “ultrafinos” de los implantes que ayudan a transmitir señales en el cerebro de los participantes, que deberán ser pacientes que hayan sufrido una parálisis debido a una lesión de médula espinal cervical o esclerosis lateral amiotrófica. Aunque todavía se desconoce el número exacto que se inscribirán, sí que se ha comunicado que tendrá una duración de aproximadamente seis años, en los que se supone que realizarán hasta 22.204 cirugías de forma automática.

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