Sanofi de nuevo contra las cuerdas. La compañía farmacéutica francesa ha acordado con la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC por sus siglas en inglés) pagar 25 millones de dólares (21,5 millones de euros) para resolver una investigación por corrupción y sobornos en sus operaciones en el extranjero.
La SEC ha denunciado que, entre el año 2011 y 2015, empleados de la compañía regalaron productos de valor a varios funcionarios de Oriente Próximo para influirles e incrementar las ventas de los productos.
Los pagos de Sanofi se produjeron en Kazajistán, Jordania, Líbano, Siria, Palestina, Baréin, Kuwait, Catar, Yemen, Omán y los Emiratos Árabes Unidos
Por ello, el regulador del mercado estadounidense ha acusado a la farmacéutica de "violar los controles internos de contabilidad y las disposiciones sobre el mantenimiento de los registros de acuerdo a la Ley de prácticas corruptas en el extranjero de 1977 de Estados Unidos".
De igual modo, la SEC ha precisado que "los regalos y los pagos de Sanofi se produjeron en Kazajistán, Jordania, Líbano, Siria, Palestina, Baréin, Kuwait, Catar, Yemen, Omán y los Emiratos Árabes Unidos".
Concretamente, en Kazajistán, Sanofi intentó "sobornar a varios funcionarios para ganar contratos públicos". En el resto de países, la empresa trató de influir a varios médicos y funcionarios para que recomendaran sus productos.
No obstante, además de Sanofi, recientemente otros grandes fabricantes de medicamentos se han enfrentado a acusaciones de soborno en Irak. Precisamente, una demanda, presentada el otoño pasado, alega que compañías como Pfizer, Johnson & Johnson y AstraZeneca efectuaron pagos al Ministerio de Salud de Irak, controlado entonces por una facción terrorista, a cambio de la importación de productos médicos.