La biotecnología de terapia celular Tessa Therapeutics, con sede en Singapur, ha cerrando toda su actividad, según recoge Fierce Biotech. La compañía cerró formalmente sus puertas el viernes 30 de junio, según ha confirmado tanto Jason Rando, director de operaciones de una empresa de consultoría de medios que trabajaba con la biotecnología, como The Business Times, citando una carta a los accionistas en la que avisaban que no podía recaudar capital adicional o encontrar un comprador ante las difíciles condiciones en las que se encuentra actualmente el mercado.
Hace tan solo un año, Tessa había conseguido un total de 126 millones de dólares (115 millones de euros) en una nueva financiación liderada por Polaris Partners. En ese momento, la biotecnológica aseguro que esa cantidad financiaría los proyectos en torno a la terapia celular clínica, que giraban en torno a las cancerosas que expresan CD30. Los dos principales activos de la empresa, TT11 y TT11X, eran candidatos autólogos y alogénicos, respectivamente.
“Mirando hacia 2022 y más allá, Tessa está lista para emerger como un verdadero líder en la industria de la terapia celular dado el potencial significativo de nuestras plataformas de terapia celular autólogas y alogénicas combinadas con la escala y la sofisticación de nuestra operación técnica”, explicó el entonces CEO en funciones, John Ng en un comunicado.
Hace tan solo un año, Tessa había conseguido un total de 115 millones de euros en una nueva financiación liderada por Polaris Partners
Los primeros datos del ensayo de fase 2 de TT11 encontraron que el tratamiento logró una tasa de respuesta completa del 57,1% en pacientes con linfoma de Hodgkin clásico y un 71,4% en casos generales. Además, demostraron que la adicción de las células T modificadas en el laboratorio estimulaba una tasa de respuesta parcial del 57,3% en comparación con el 54,8% de la quimioterapia sola.
Las ambiciones clínicas de Tessa, se combinaron con una estrategia agresiva de asociación y desarrollo comercial que comenzó sobre el 2017. Sin embargo, el paso de los años y los continuos cambios como el de Thomas Willemsen, como director ejecutivo en agosto de 2022, les han terminado llevando a la bancarrota.