La multinacional Grifols ha anunciado este lunes cambios en su estructura directiva con el objetivo de reducir la deuda que registran actualmente. El presidente, Thomas Glanzmann, será el nuevo consejero delegado y afrontará todo el poder ejecutivo de efecto inmediato. Por lo tanto, Víctor Grifols Deu y Ramón Grifols abandonan este cargo y pasan a ocupar el puesto de director de Operaciones y de director general corporativo, respectivamente.
Este movimiento en la cúpula directiva es la tercera remodelación que anuncia la compañía desde el pasado mes de octubre. A finales de 2022 Víctor Grifols Roura hizo oficial su paso a un lado de la presidencia para nombrar a Steven F. Mayer, encargado de comunicar la nueva hoja de ruta del grupo centrada en la reducción de deuda. Finalmente, el pasado mes de febrero comunicó su dimisión por motivos de salud, dejando en lo más alto a Thomas Glanzmann.
Este cambio en la cúpula directiva es la tercera remodelación que anuncia la compañía desde el pasado mes de octubre
Idas y venidas que han provocado que la compañía registrase numerosas caídas en bolsa durante los primeros meses del 2023. Desde la llegada del nuevo presidente hasta la presentación de sus resultados financieros, la empresa disminuyó un 20% su valor, una tendencia que continuó extendiéndose las dos semanas posteriores, llevando a Grifols a un paulatino declive que varió entre el 0,32 y el 3,2% hasta el anuncio del colapso de Silicon Valley Bank y el incidente del banco suizo Credit Suise.
Según informan desde la compañía, el nuevo cargo de Víctor Grifols Deu está destinado a la gestión diaria de las funciones operativas, aunque también seguirá siendo miembro del consejo de administración. Por parte de Ramón Grifols, además de sus funciones en el consejo de administración, se centrará en la optimización del valor de las filiales y asociaciones corporativas de Grifols, así como en liderar las principales iniciativas corporativas.
PLAN DE AHORRO
Una de las medidas principales que dejó Steven F. Mayer en su paso por Grifols fue el plan de ahorro de costes. Un intento de reducción de deuda que tratará de acabar con aproximadamente 400 millones de euros anuales, lo que supone el despido de 2.000 empleados relacionados con su actividad más importante, el negocio industrial de plasma, y 300 personas pertenecientes a funciones corporativas, en total un 8% de su plantilla.
En cuanto a los cambios que anunciaron desde la compañía catalana destacan la prioridad de optimizar los costes y las operaciones del plasma, con el objetivo de diseñar una operación de obtención más eficiente, innovadora y de alta calidad. Es decir, mantener o incluso aumentar el volumen de producción con menos inversión y con un menor número de centros.