El cambio climático tiene un impacto claro en la salud humana, los desastres naturales como las inundaciones, la disminución de la calidad del agua o las olas de calor aumentan la aparición de enfermedades crónicas, alergias y problemas de salud mental.
Para mantener el calentamiento global por debajo de 1,5°C, tal como se exigió en el Acuerdo de París, es necesario que las emisiones se reduzcan alrededor del 45% para 2030 y que se alcance Net Zero hacia 2050. Esto supone uno de los mayores retos a los que se ha enfrentado la humanidad.
En el caso de la industria farmacéutica, tiene un impacto innegable en el planeta al contribuir al cambio climático, pero también está en una buena posición para realizar cambios positivos y efectivos para reducir sus daños.
El informe de CPHI resalta que de las 100 empresas farmacéuticas que se encuentran en lo más alto del ranking de ingresos de 2022, 41 informaron de compromisos con plazos determinados en cuestiones medioambientales
El informe de Sostenibilidad CPHI 2023 señala tres tipos de emisiones en la industria farmacéutica, dependiendo del alcance que tienen. Las primeras hacen referencia a las emisiones directas, que contribuyen al efecto invernadero, como pueden ser las del combustible; en cuanto a las emisiones de alcance 2, son más indirectas, este es el caso de las derivadas del uso de la energía para calentar o refrigerar secciones de la cadena de producción; por último, el alcance 3 se compone de las emisiones externas, es decir, las producidas por ejemplo por los proveedores.
El director thought leadership de IQVIA, Aurelio Arias, apunta en el informe que los estudios corporativos de alcance 3 disponibles públicamente sugieren que la fabricación es el proceso de mayor emisión atribuible a una empresa farmacéutica y contribuye a cerca del 80% de las emisiones indirectas. Es evidente que las emisiones de alcance 1 y 2 son más visibles y fáciles de abordar desde la propia compañía. Es en el tercer apartado donde residen las mayores dificultades, puesto que no tienen un control directo sobre ellas.
En cifras, el informe de CPHI resalta que de las 100 empresas farmacéuticas que se encuentran en lo más alto del ranking de ingresos de 2022, 41 informaron de compromisos con plazos determinados en cuestiones medioambientales. Por otro lado, solo 13 se comprometieron a alcanzar el objetivo Net Zero, es decir, recortar las emisiones de gases de efecto invernadero hasta lo más cerca posible al cero.
DESCARBONIZACIÓN, COMPROMISO Y ENVASES: CLAVES DE CARA AL FUTURO
En concreto, la descarbonización de la cadena de suministro es uno de los objetivos que más resaltan en esta larga carrera de la sostenibilidad. Un gran desafío que cuenta con el impulso de las inversiones en torno a la Agenda ESG y la tendencia de la regulación gubernamental hacia la mejora de la situación actual.
El informe de CPHI demuestra el compromiso de las farmacéuticas para reducir las emisiones de alcance 1 y 2 durante varios años. Sin embargo, es en el apartado externo donde se encuentran los mayores porcentajes de las emisiones. Por lo tanto, medir y reducir el efecto de estos, en la medida de lo posible, se ha convertido en otro de los objetivos para la industria farmacéutica.
A través de una colaboración continua, informes integrales y esfuerzos para reducir las emisiones, parece ser el camino por donde debe ir el futuro de la sostenibilidad en la cadena de suministro farmacéutico
Como tercer pilar del sector para reducir su impacto en el medioambiente se encuentra el diseño ecológico. Los fabricantes y distribuidores deben ser responsables del impacto de sus productos y envases, incentivando a prácticas y diseños más respetuosos con el medioambiente. En este ámbito, la implementación de leyes y regulaciones para hacer obligatorio este tipo de diseño, pueden suponer un antes y después para la industria ‘farma’.
Un claro ejemplo de esta visión es la Directiva sobre diligencia debida en materia de sostenibilidad de la CE. Una propuesta que tiene como objetivo fomentar un comportamiento empresarial sostenible y responsable a lo largo de las cadenas de suministro mundiales. Además, de establecer normas para que las empresas respeten los derechos humanos y el medioambiente en las cadenas de suministro globales. Precisamente, a través de una colaboración continua, informes integrales y esfuerzos para reducir las emisiones, parece ser el camino por donde debe ir el futuro de la sostenibilidad en la cadena de suministro farmacéutico.