Crean un hidrogel bioinspirado que protege al corazón de tejido adherente postquirúrgico

El invento del equipo de investigadores de la Universidad de California en San Diego es pulverizable y muy fácil de aplicar. Una vez que se rocía, se adhiere al músculo cardíaco y crea una barrera protectora, sin dejar de permitir el movimiento

Los investigadores han desarrollado un dispositivo que rocía de manera segura y precisa el hidrogel dentro del área donde se realiza la cirugía a corazón abierto (Foto: University of California San Diego)
Los investigadores han desarrollado un dispositivo que rocía de manera segura y precisa el hidrogel dentro del área donde se realiza la cirugía a corazón abierto (Foto: University of California San Diego)

Un hidrogel capaz de forma euna barrera para evitar que el tejido cardíaco se adhiera al circundante postquirúrgico fue desarrollado y probado con éxito en roedores por un equipo de investigadores de la Universidad de California en San Diego. El equipo de ingenieros, científicos y médicos también realizó un estudio piloto en corazones porcinos, con resultados prometedores. Los autores describen su trabajo en la edición del 18 de junio de 2021 de Nature Communications.

En roedores, el hidrogel evitó por completo la formación de adherencias. En un pequeño estudio piloto, los corazones de cerdo tratados con el hidrogel experimentaron adherencias menos severas que fueron más fáciles de eliminar. Además, el hidrogel no pareció causar inflamación crónica.

Este invento está diseñado específicamente para satisfacer las necesidades tanto de los pacientes como de los cirujanos. Es pulverizable, muy fácil de aplicar. Una vez que se rocía sobre el tejido, se adhiere al músculo cardíaco y se convierte en una capa suave y elástica que crea una barrera protectora, sin dejar de permitir el movimiento. El gel se puede quitar fácilmente del tejido y se disuelve después de más de cuatro a seis semanas.

El hidrogel es pulverizable y una vez que se adhiere crea una barrera que protege al corazón sin dejar de permitir el movimiento

Las adherencias (tejido de órganos que se adhiere al tejido circundante) son un problema relativamente común cuando los cirujanos necesitan operar nuevamente en el mismo sitio, lo que ocurre en el 20% de los casos cada año en la cirugía cardíaca. Las reintervenciones son particularmente comunes cuando los pacientes son niños que padecen malformaciones cardíacas; a medida que el corazón del niño crece, se necesitan cirugías adicionales.

Las adherencias se forman dentro de los primeros 30 días después de la operación y pueden complicar las operaciones y aumentar el riesgo de mortalidad durante las intervenciones. Uno de los autores principales del artículo, Karen Christman, profesora de bioingeniería de UC San Diego, experimentó esto cuando a uno de sus tíos no se le pudo reparar una válvula cardíaca debido a adherencias severas.

"Nuestro trabajo es una solución de ingeniería impulsada por un problema médico", afirmó Christman, quien cofundó una empresa, Karios Technologies, para llevar el hidrogel a la clínica. "Y ahora está preparado para mejorar significativamente la cirugía cardíaca, tanto para adultos como para niños".

Los investigadores apuntan que el objetivo final es realizar un estudio pediátrico en humanos en 18 meses a dos años

El estudio reunió no solo a bioingenieros y médicos, sino también a químicos y científicos de materiales. En los centros médicos académicos como UC San Diego, la mayoría de los cirujanos realizan operaciones repetidas y encuentran adherencias con bastante regularidad. En este estudio con roedores, el 70% de los animales del grupo de control desarrollaron adherencias severas.

Actualmente no existen productos aprobados por la FDA comercializados para prevenir adherencias después de una cirugía cardíaca. Según asevera el doctor Michael M. Madani, presidente de la División de Cirugía Cardiovascular y Torácica de UC San Diego Health y uno de los coautores del artículo, "este producto tendrá un impacto significativo en la vida de muchos pacientes que potencialmente requieren operaciones repetidas, ya sea en el corazón o en cualquier otra parte del cuerpo".  

Según detallan los investigadores, el objetivo final es realizar un estudio pediátrico en humanos en 18 meses a dos años y llevar el producto a la FDA para su aprobación en cinco años. Apuntan que esta tecnología podría traducirse fácilmente a otros órganos que también requieran múltiples operaciones y sean susceptibles a adherencias.

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