Biomarcadores electroencefalográficos para detectar el TDAH

La nueva prueba tiene como objetivo evitar falsos positivos. Según varios estudios, hasta el 34% de los diagnósticos actuales son incorrectos.

logo squared 200x200
4 noviembre 2017 | 00:15 h
Archivado en:
Los estudios sugieren que no existe una única causa que provoque el TDAH.
Los estudios sugieren que no existe una única causa que provoque el TDAH.

Estudios recientes llevados a cabo por psiquiatras norteamericanos han demostrado que el 34% de los diagnósticos de Trastorno de Atención e Hiperactividad (TDAH) son incorrectos. Como destaca el neurólogo Diego García Borreguero, esta situación de sobrediagnóstico se debe a que “los sistemas actuales para detectar el TDAH se basan exclusivamente en la historia clínica aportada por los padres, familiares y educadores, así como en la evaluación del mismo paciente, lo que lleva siempre asociado un cierto grado de subjetividad, tanto por parte de los informantes como de los evaluadores”.

Este especialista hace hincapié en que esto hace que exista un alto grado de falsos positivos (casos catalogados como de TDAH sin realmente serlo) y que el trastorno pueda confundirse con conductas que hasta cierto punto son normales en la infancia como la impulsividad o la inatención, o con otras como alteraciones en el desarrollo del lenguaje y del aprendizaje, dislexia, dispraxia, trastornos de ansiedad, cuadros obsesivo-compulsivos, depresión, e incluso psicosis. También puede confundirse con trastornos del sueño, cuadros epilépticos, síndrome de Tourette, alteraciones tiroideas o efectos secundarios de fármacos.

La probabilidad de ser diagnósticado de TDAH es mayor en aquellos niños más jóvenes, dado que su cumpleaños cae en las fechas inmediatamente posteriores a la fecha límite para la escolarización

En muchos casos, por ejemplo, se toman por indicativos de TDAH patrones de conducta que se deben sencillamente a un menor grado de desarrollo psicomotor del niño. Son bien conocidos, por ejemplo, los estudios que demuestran cómo, dentro de una misma clase escolar, la probabilidad de ser diagnósticado de TDAH es mayor en aquellos niños más jóvenes, dado que su cumpleaños cae en las fechas inmediatamente posteriores a la fecha límite para la escolarización.

Para reducir este elevado porcentaje de falsos positivos, el Instituto de Investigaciones del Sueño (IIR) de Madrid ha desarrollado un nuevo sistema que, además de la valoración clínica habitual, incluye la realización de un electroencefalograma cuantitativo (qEEC), que mide el Índice de Disfunción Cerebral mediante el uso de biomarcadores y aporta datos objetivos que permiten al médico confirmar o descartar en el 90% de los casos si el niño padece realmente TDAH.

La prueba, que se realiza a los niños ya diagnosticados clínicamente con TDAH, dura entre 20 y 30 minutos y consiste en la aplicación de diversos electrodos en la cabeza. Se basa en un cálculo cuantitativo en el electroencefalograma (EEG).

El IIS es el primer centro médico europeo que desarrolla e implanta un sistema de este tipo. Tal como destaca el doctor García Borreguero, “un diagnóstico correcto es fundamental, sobre todo porque en los tratamientos de TDAH se utilizan psicofármacos cuyo uso puede estar justificado en esta patología, pero que administrados a niños sanos o con otras patologías pueden ser peligrosos, más cuando a esta edad el tejido cerebral se encuentra en plena fase de desarrollo”.

El TDAH tiene una prevalencia de entre el 3% y el 5% entre los niños en edad escolar, aunque en algunas zonas y en algunos estudios se ha llegado a estimar su prevalencia en torno al 20%

Los trastornos del sueño están directamente relacionados con el trastorno. De hecho, la probabilidad de que un niño con esta patología sufra un problema de sueño es 2-3 veces mayor que la de los pequeños sin este diagnóstico.

Como explica el especialista, “el 30% de los niños con TDAH padecen simultáneamente apnea del sueño y el 44% síndrome de Piernas Inquietas; éstos y otros trastornos del sueño pasan con frecuencia desapercibidos al clínico. Sin embargo, su existencia agrava la severidad del trastorno y exacerba sus síntomas”. Por otra parte, niños sin esta complicación pero con problemas para dormir pueden presentar durante el día síntomas que se asemejan mucho a los de esta enfermedad.

ALGUNOS DATOS SOBRE EL TDAH

Se trata de un trastorno neurológico del desarrollo caracterizado por la presencia alternativa o combinada de dos tipos de alteraciones de tipo cognitivo-conductual: falta de atención con impulsividad, e hiperactividad. Tiene una prevalencia de entre el 3% y el 5% entre los niños en edad escolar, aunque en algunas zonas y en algunos estudios se ha llegado a estimar su prevalencia en torno al 20%, lo que hace pensar que se está dando una situación de sobrediagnóstico. Aunque se identifica exclusivamente con los niños, más de la mitad de los que lo han padecido en edad escolar, lo siguen padeciendo cuando son adultos.

En principio, se sabe que su aparición está vinculada a una producción insuficiente de los neurotransmisores dopamina y noradrenalina. Los neurotransmisores son sustancias químicas cuyo objetivo es producir una correcta comunicación entre las neuronas. Para que esto se lleve a cabo, debe existir una cantidad adecuada de dopamina y noradrenalina. En el niño con TDAH la producción de estos dos neurotransmisores es irregular.

Este déficit de dopamina y noradrenalina genera problemas en los circuitos reguladores de varias zonas del cerebro: el córtex prefrontal, el cuerpo calloso y los ganglios basales.

El origen de las irregularidades en la producción de dopamina y noradrenalina, y por tanto, de la comunicación entre los circuitos de estas zonas cerebrales es desconocido. Por otra parte, los estudios sugieren que no existe una única causa que provoque el TDAH; éste se origina, más bien, en respuesta a muchas causas que se dan a la vez en el niño que lo desarrolla. En este sentido, podemos distinguir entre factores biológicos y psicosociales.

Los primeros están relacionados con factores genéticos y diversos acontecimientos que se producen durante el embarazo (prenatales) o en torno al nacimiento del niño (perinatales). De hecho, casi todas las causas del TDAH se producen durante esta etapa. Por ello se puede afirmar que este trastorno es altamente hereditario y que está más relacionado con la genética que con el entorno.

En cuanto a los factores psicosociales existe una mayor prevalencia de este trastorno en los medios urbanos desfavorecidos. Los factores son varios: ambientes de pobreza, malnutrición y exclusión social, problemas familiares y violencia en el hogar contribuyen a su desarrollo y perpetuación. Del mismo modo, un medio escolar desorganizado o muy desestructurado provoca un deterioro de la conducta del niño y un mayor fracaso escolar.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
Lo más leído