Controlar objetos con el pensamiento está cada vez más cerca de ser una realidad. O al menos, la capacidad de poner en funcionamiento diversos aparatos mediante esa técnica. Es lo que ha conseguido un equipo de investigación de la Universidad de Málaga (UMA).
Mediante una interfaz cerebro-computadora (BCI), se establece un canal de comunicación entre un usuario y los dispositivos que se encuentran en el entorno. Esto se logra a través de señales cerebrales. Es lo que revela el artículo'Brain-computer interface (BCI)-generated speech to control domotic devices' publicado en la revista Neurocomputing.
Una plataforma de especial interés para personas que han perdido la capacidad de comunicación, como enfermos de ELA. El estudio está firmado por integrantes del Departamento de Energía Electrónica de la Universidad. Estos son Francisco Velasco-Álvarez, Álvaro Fernández-Rodríguez y Ricardo Ron-Angevin.
Una plataforma de especial interés para personas que han perdido la capacidad de comunicación
En dicho artículo se explica cómo ya existe una tecnología en la que un asistente virtual “interpreta las órdenes dadas por el usuario” a través de la voz. Algunos de los más conocidos son Alexa, Siri, Cortana y el Asistente de Google. En el caso de este estudio se busca unir dicha tecnología con los sistemas domóticos, igualmente implantados en la sociedad. Es decir, conseguir que con el pensamiento se pueda “encender la luz” e, incluso, “seleccionar la intensidad o el color”, según determinan los creadores del proyecto.
En cuanto a su modo de uso, primero la pantalla presenta una serie de opciones a la persona que se enfoca en la acción deseada. El ordenador convierte entonces las órdenes recibidas por el usuario en comandos de voz. La información se envía posteriormente a un asistente virtual, como ‘Ok Google’, que la ejecuta en un sistema domótico.
Hasta ahora se ha demostrado que puede usarse en un televisor, un aire acondicionado, una bombilla inteligente, un enchufe inteligente, además de aplicaciones de mensajería instantánea y reproducción de música.
Como punto fuerte, este sistema puede personalizarse según las características de cada individuo. "En este artículo, hemos demostrado con éxito el uso de un sistema BCI para el control domótico que es flexible y puede adaptarse potencialmente a las necesidades de un usuario", ha señalado a la Fundación Descubre el profesor de la Universidad de Málaga, Francisco Velasco, autor del artículo.
FUNCIONAMIENTO DE LA APLICACIÓN
El dispositivo se coloca en la cabeza de quien va a utilizarlo, mediante unos conectores que analizan la actividad electroencefalográfica. Es entonces cuando la pantalla muestra diferentes opciones que van parpadeando. La selección se hace en función de la elección por el pensamiento.
Un ejemplo es si el individuo quiere encender la luz. La pantalla mostrará las diferentes opciones del sistema parpadeando. El usuario entonces selecciona la acción que quiere fijando su mirada en la opción ‘Encender’ la bombilla. Es así como los conectores cerebrales entienden la actividad ‘Encendido’, emitiendo la orden al asistente: 'Ok Google. Enciende la luz'. Por último, el asistente virtual capta la voz y envía el comando a la bombilla inteligente por wifi. La luz se enciende.
Dibujo que explica el funcionamiento del dispositivo (Foto: Neurocomputing)
El estudio se ha realizado con 12 personas sanas y tres voluntarios con esclerosis lateral amiotrófica, procedentes de la Asociación ELA Andalucía. Gracias a los cuestionarios sobre su usabilidad y el rendimiento, se ha confirmado que el sistema podría servir para los pacientes.
A pesar de este gran avance, se continúa mejorando la aplicación, tanto en software como en hardware. En primer lugar, se ha conseguido producir dispositivos más asequibles para los usuarios. Con un precio que ronda los 1.000 euros, más económico que otros dispositivos para BCI.
El estudio se ha realizado con 12 personas sanas y tres voluntarios con esclerosis lateral amiotrófica
Además, el sistema es muy intuitivo y ofrece un menú muy accesible tanto para pacientes como sus cuidadores. Por lo que no es necesario poseer conocimientos técnicos para configurarlo y personalizarlo.
En un futuro, los investigadores pretenden implantar este sistema en un período de tiempo mayor y para su uso diario, de una forma más cercana a la realidad que viven. Así se podrían llegar a desarrollar dispositivos portátiles de bajo costo y todavía más fáciles de usar, para implantarlo definitivamente de forma masiva.
La investigación se ha financiado mediante el proyecto ‘Sistema de interacción cerebral de ayuda a personas con síndrome de cautiverio’ del Ministerio de Ciencia e Innovación, la Agencia Estatal de Investigación y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) de la Unión Europea.