Avances en la robótica blanda para la atención asistencial: vestir, dar de comer y ayudar

La investigadora Carme Torras ha puesto en marcha dos líneas de investigación de robótica asistencial “pioneras”, una de ellas el proyecto Clothilde

Carme Torras con un robot que dobla una camiseta (Foto. César Hernández)
Carme Torras con un robot que dobla una camiseta (Foto. César Hernández)
11 febrero 2023 | 00:25 h

A Carme Torras siempre le ha intrigado cómo funciona el cerebro. Comenzó con modelos computacionales basados en un modelo neuronal de un molusco, y de ahí a la robótica. “La ventaja que tienen estos modelos es que aprenden y evolucionan con la experiencia. Y esto en robótica es muy interesante”, explica en una entrevista a Saludigital.es esta investigadora y profesora del Instituto de Robótica e Informática Industrial (CSIC-UPC).

Los algoritmos que conforman estos modelos le han permitido dar un paso más en robótica y llegar a la atención asistencial. Hasta ahora los robots se utilizan para manipular objetos rígidos en el sector industrial, o como herramienta de terapias a modo de gamificación. Lo que ha hecho Torras es enseñar a sus robots a doblar ropa, hacer camas, vestir a las personas dependientes y darlas de comer.

La cámara que lleva integrada el robot tiene sensor de color y profundidad

El proyecto Clothilde (CLOTH manIpulation Learning from DEmonstrations) es una de las dos líneas de investigación puestas en marcha por su equipo. A través de la topología computacional y el aprendizaje automático las máquinas diseñadas son capaces de manipular material deformable, como es la ropa. “Enseñamos por demostración a doblar una prenda al robot. Le mostramos una primera forma de hacerlo, y después él va realizando el movimiento pero con pequeñas variaciones”.

La cámara que lleva integrada el robot tiene sensor de color y profundidad. A través de ella el robot ve si la ropa está bien doblada y si no tiene arrugas. Si ha mejorado el resultado con alguna variación continúa probando con movimientos en esa dirección. “Si no mejora busca otras formas de movimiento”. Y así hasta perfeccionar su actuación, utilizando el aprendizaje por demostración y por refuerzo.

EN HOSPITALES Y RESIDENCIAS

El proyecto Clothilde busca dar respuesta al complejo problema del manejo de objetos deformables. Un campo que se ha abierto en los últimos años y que supone una revolución de la asistencia. El proyecto comenzó en 2018, siendo uno de los primeros equipos de investigadores que desarrollaban algo parecido con topología computacional y los algoritmos de aprendizaje para un problema que se consideraba complicado: la manipulación versátil de objetos deformables. “Nuestro grupo fue pionero”.

Como explica Torras, estos modelos permiten manipular ropa y personas. Existen tres líneas estratégicas en el proyecto Clothilde. Una primera para vestir a las personas con movilidad reducida y para la que se han creado “prototipos para poner chaquetas, zapatos o pantalones”. La segunda estrategia se aplica en la logística de los centros sociosanitarios para “hacer camas, doblar ropa o recoger toallas”. Y la tercera estrategia se aleja del ámbito de la salud para dirigirse a la logística de la venta de ropa por Internet, en la gestión de las devoluciones, que deben revisarse, embolsarse y reincorporar a las cadenas de distribución.

“Desarrollamos con ellos un convenio para crear dispositivos como brazos con cámara y sensor de fuerza"

Además, el equipo de Torras tiene otra línea estratégica en el ámbito asistencial que va más allá de ayudar a vestir a los pacientes, les ayuda a comer. Desde el Parc Sanitari Pere Virgili les informaron que el 50% de pacientes que están allí ingresados tienen problemas para comer, y los cuidadores no disponen del tiempo necesario para tenderlos. “Desarrollamos con ellos un convenio para crear dispositivos como brazos con cámara y sensor de fuerza para que capten cuando abren la boca para comer, o que sea capaz de darle la bebida o limpiarles con la servilleta, siempre bajo las órdenes de la persona”. Ahora mismo se encuentran en fase de investigación, pero considera que en los próximos años esta herramienta estará pronto en el mercado.

El objetivo de todas estas aplicaciones asistenciales de la robótica “es liberar a los profesionales de acciones que no tienen un valor humano añadido como es hacer una cama. Incluso pensamos lo positivo que habría sido contar con robots, aunque fueran teleoperados, para hacer estas tareas durante la pandemia y reducir de esta forma la exposición al virus”. Pero además los pacientes también agradecen estos instrumentos. “Nos dicen que les gusta sentirse autónomos, como cuando gobiernan con gestos de la cara los movimientos de esa prolongación de su brazo que les da de comer”, señala Torras.

Poco a poco la robótica se va haciendo un sitio en el ámbito asistencial. Pasos que Carme Torras considera cada vez más factibles con la tecnología existente. “No solo serán robots que ayuden a las personas dependientes en residencias y centros sanitarios, o a su logística, sino que en el futuro también podrán existir equipos médicos con robots que hagan las primeras visitas domiciliarias para que los profesionales de Enfermería puedan priorizar a los pacientes más urgentes”.

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