Deformación miocárdica, la evolución tecnológica de la imagen cardiaca

Las pruebas de imagen han ido ganando terreno en el diagnóstico de las lesiones del corazón producidas como consecuencia de los tratamientos oncológicos, donde la ecocardiografía se ha convertido en la herramienta básica, seguida de las técnicas TC y de Resonancia Magnética.

Deformación miocárdica, la evolución tecnológica de la imagen cardiaca
Deformación miocárdica, la evolución tecnológica de la imagen cardiaca
4 junio 2016 | 00:01 h
Las pruebas de imagen han ido ganando terreno en el diagnóstico de las lesiones del corazón producidas como consecuencia de los tratamientos oncológicos, donde la ecocardiografía se ha convertido en la herramienta básica, seguida de las técnicas TC y de Resonancia Magnética.
El tratamiento oncológico triplica el riesgo de complicaciones cardiovasculares a medio y largo plazo

La afectación del corazón en pacientes que reciben medicación contra el cáncer se ha convertido en una de las preocupaciones que traen de cabeza a los cardiólogos. Y es que, el tratamiento oncológico triplica el riesgo de complicaciones a medio y largo plazo, afectando al pronóstico vital de los supervivientes y complicando el proceso del cáncer ante la suspensión del tratamiento.

Así lo explica a SaluDigital el doctor Juan Carlos Planas, jefe de cardiología del Instituto del Corazón de Texas, en EE.UU., quien considera que, durante mucho tiempo, estos enfermos se han tratado con fármacos y sustancias tóxicas que lesionan el corazón sin que el oncólogo ni el cardiólogo fueran conscientes de que los pacientes morían por fallos cardiovasculares.

“Se estima que para el año 2015, debido a los avances oncológicos, unos cinco millones de pacientes no van a fallecer del cáncer de la neoplasia, pero sí podrían fallecer por fallos cardiacos”, concreta el doctor.

En este sentido, el especialista destaca la importancia de reconocer de manera temprana, a partir de distintas tecnologías de la innovación, a aquellas personas que durante su tratamiento estén padeciendo evidencia temprana de cardiotoxicidad de disfunción ventricular subclínica. Para ello, se cuenta con la ecocardiografía y los biomarcadores, que son imprescindibles para poder detectar de forma precoz esas complicaciones cardiovasculares derivadas del tratamiento oncológico en una fase que todavía sea curable.

“De este modo, nosotros podremos darle un tratamiento rápido con dos objetivos: evitar que el paciente abandone su tratamiento anticancerígeno actuando al mismo tiempo en esa cardiopatía para evitar la progresión a lo que conocemos como el Síndrome de la falla cardiaca”.

TÉCNICAS DE IMAGEN CARDIACA

El ecocardioscopio aumenta la fiabilidad diagnóstica hasta casi el 90%
En este contexto, y en el marco de la 30 Reunión Anual de Imagen Cardica, es el doctor Miguel Ángel García Fernández, presidente de la Sociedad Española de Imagen Cardiaca (SEIC), el encargado de señalar a SaluDigital, que hoy en día existen numerosas herramientas para detectar las lesiones del corazón en los pacientes que están tomando estas sustancias tóxicas antes de que sean irreversibles: “Se llaman técnicas de deformación miocárdica y manejadas de la forma adecuada nos permiten ser muy precoces en la detección de la llamada cardiotoxicidad.”

Este experto también hace hincapié en la enfermedad cardiovascular como la causa más frecuente de mortalidad en largos supervivientes de cáncer, por lo que considera imprescindible conseguir un control óptimo de la salud cardiovascular.

Como explica el también profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), en estos últimos 30 años, las técnicas de imagen cardiaca han mejorado considerablemente. De hecho, la ecocardiografía se ha convertido en la herramienta básica, ya que según los datos de diversos estudios poblacionales, su fiabilidad aumenta hasta casi el 90%.

Los programas de inteligencia artificial permiten que el sistema calcule la función ventricular y emita un diagnóstico consiguiendo imágenes de forma automática
Las pruebas TAC y de Resonancia Magnética, además de la ecocardioscopia miran al futuro, según el doctor García Fernández, en cuatro direcciones: “en primer lugar”, enumera, “la miniaturización de los equipos sería como una auscultación extendida con estos aparatos”.

Por otra parte, con los programas de inteligencia artificial, que ya se están utilizando, se tiende a que el sistema calcule la función ventricular y emita un diagnóstica consiguiendo imágenes de forma automática. “Se trata de que cada día sea más exacto el análisis sin la intervención de la mano del hombre”, destaca el presidente de la SEIC.

Otro de los objetivos son las técnicas de fusión con ecocardiografía, por ejemplo, haciéndola de forma conjunta con una angiografía para obtener imágenes de las estructuras que permiten definirlas con gran precisión mediante la fusión de datos. Puntos de mira cerrados por la globalización, para que la imagen cardiaca llegue a los pacientes de cualquier parte del mundo.



LA IMPLANTACIÓN DE LAS UNIDADES DE CARDIONCOLOGÍA

Ambos expertos coinciden en la necesidad de un abordaje conjunto de cardiólogos y oncólogos para mejorar el pronóstico de los pacientes oncológicos. Así nacen las Unidades de Cardioncología, cuyo objetivo es seleccionar el régimen oncológico que consiga mayor tasa de curación o remisión con el menor número de efectos cardiovasculares adversos y, como ya ha señalado el doctor Juan Carlos Planas, sin la necesidad de suspender el tratamiento que combate las células cancerígenas.

“En España estamos muy bien posicionados porque entendemos el concepto y partimos de él con interés. Estamos por delante de otros países, y la implantación de estas unidades es un futuro próximo”, concluye el presidente de la SEIC.
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