El implante fue probado en un paciente que tenía el brazo amputado por encima del codo, permitiéndole realizar actividades como manipular un huevo sin romperlo
El dispositivo se convierte en una extensión del cuerpo humano por medio de oseointegración, esto quiere decir que se conecta directo al hueso a través de un implante de titanio, y gracias a la unión de interfaces neuronales y musculares se logra un control robusto e intuitivo de la mano artificial, de esta forma con tan solo pensarlo es posible mover la extremidad, como señalan los desarrolladores a la agencia Dicyt.Max Ortiz Catalán, el principal desarrollador del dispositivo, comenta que el implante ha sido probado por primera vez con un paciente que tenía el brazo amputado por encima del codo y que desde 2013 le ha permitido desarrollar una vida laborar normal o realizar actividades como manipular un huevo sin romperlo.
Ortiz explica que gracias al sistema de electrodos que se conecta en músculos y nervios se obtienen señales estables que permiten un control preciso, por ejemplo que el paciente manipule un artículo pequeño y delicado sin romperlo o tirarlo, además brinda sensaciones como si fuera su propia mano y está protegida de interferencias como las de los sensores en tiendas de autoservicio. La investigación se desarrolló en la Universidad Tecnológica de Chalmers en Gotemburgo, Suecia, en colaboración con el Hospital Universitario Sahlgrenska.
IMPLANTE Y PRÓTESIS
El artefacto consiste en dos partes, un implante y una prótesis, la primera parte requiere una cirugía en la cual se coloca una pieza de titanio dentro del hueso y se instala un sistema de control que conectan electrodos a los músculos y nervios. La segunda corresponde a una prótesis desmontable, que mantienen una conexión mecánica con el hueso y otra eléctrica con los electrodos implantados. “Si el paciente va a tomar un baño puede quitarse la parte robótica”, señala Ortiz.