El páncreas artificial, cada vez más cerca: éxito en las pruebas iniciales

Finaliza de forma satisfactoria la primera fase de pruebas de esta nueva herramienta médica desarrollada por investigadores argentinos.

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3 diciembre 2016 | 00:00 h
Científicos argentinos trabajan en el desarrollo de un páncreas artificial.
Científicos argentinos trabajan en el desarrollo de un páncreas artificial.
Desde Argentina se acaba de dar a conocer el éxito que ha obtenido, en la primera fase de pruebas, el primer páncreas artificial. Científicos del Hospital Italiano, en colaboración con la Universidad de Virginia (EE. UU.), están desarrollando este dispositivo que persigue mejorar la vida de millones de diabéticos en todo el mundo. Pero, ¿cómo funciona esta nueva herramienta médica?

Los pacientes de diabetes tipo 1 no producen insulina y necesitan su administración
El páncreas es el órgano encargado de controlar el suministro de insulina. Cuando no realiza de manera correcta su función, aparece la diabetes. La de tipo 2 es la más extendida (80-90% de los casos) .Produce trastornos metabólicos caracterizados por una elevación inapropiada de la glucosa en sangre (hiperglucemia), lo que provoca complicaciones crónicas por afectación de grandes y pequeños vasos y nervios.

En la diabetes tipo 1 el cuerpo no produce insulina, la hormona necesaria para convertir el azúcar, los almidones y otros alimentos en energía para la vida diaria. Por este motivo, quienes la padecen, necesitan una administración externa o artificial de insulina. Este tipo de diabetes suele diagnosticarse sobre todo en niños y jóvenes. Y el nuevo páncreas artificial se ha pensado específicamente ellos, los pacientes de diabetes tipo 1, aquellos que son insulino-dependientes y pueden presentar complicaciones mortales como la hipoglucemia.

FUNCIONAMIENTO DEL PÁNCREAS ARTIFICIAL

Se trata de un sistema de control automático que suple las funciones del páncreas, regulando los niveles de glucosa en sangre. De forma más pormenorizada, actúa interconectando y coordinando las acciones de dos tecnologías ya existentes: el monitor continuo de glucosa y la bomba de insulina. De tal modo, que ambas dependan cada vez menos del ingreso manual de información por parte del paciente.

El páncreas artificial podría mejorar la calidad de vida de pacientes insulino-dependientes
El dispositivo consta, por tanto, de un monitor de glucosa y una bomba de insulina bajo la piel que, a través de un algoritmo de control, desarrollado por un grupo de investigadores del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), los comunica e indica la cantidad de insulina que necesita el paciente.


De esta forma, cada cinco minutos se obtiene una medición de la concentración de glucosa y se indica, y suministra, la cantidad de sugerida en ese momento. Este algoritmo de control se basa en modelos matemáticos que simulan la dinámica insulina-glucosa del organismo. Un software especial instalado en un teléfono inteligente almacenará la información, realizará cálculos de valor histórico y predictivo, y enviará todos esos datos a un centro de monitoreo remoto, desde donde el facultativo podrá seguir la evolución del paciente.

ORIGEN DEL PROYECTO

El principal propósito de esta tecnología, primera en el mundo, es asegurar que los niveles de glucosa no se eleven demasiado (hiperglucemia) ni bajen demasiado (hipoglucemia). "Hemos logrado reducirlo a cero una de los mayores preocupaciones de los progenitores de niños con diabetes: la hipoglucemia nocturna ", ha explicado Daniel Cherñavvsky, asesor principal de la Universidad de Virginia.

"Este proyecto se inició para ayudar al nieto de un compañero que sufre diabetes tipo 1”
Por su parte, el director del departamento de Doctorado del ITBA, Ricardo Sánchez Peña, ha contado: "El proyecto se inició por el nieto de un compañero que sufre diabetes tipo 1 y por aquel entonces tenía tres años; los padres no podían dormir, cada dos horas debían controlar el nivel de glucosa”. Los investigadores entonces idearon este sistema que permite realizar el chequeo separando más las horas: “Que al menos pudiesen dormir cuatro horas seguidas”, ha relatado Sánchez Peña, que también ha expresado la “satisfacción” y “expectativas” por ver los resultados específicos en su aplicación con pacientes.

El investigador principal del estudio y jefe de la sección Diabetes del servicio de Endocrinología del Hospital Italiano, Luis Grosembacher, ha indicado que la primera etapa de ensayos clínicos ya se realizó en cinco pacientes del hospital, los cuales fueron hospitalizados para ser “evaluados y monitoreados" de forma constante durante un día y medio.

SISTEMA HÍBRIDO

Cherñavvsky ha indicado que, por el momento, el páncreas artificial es un “híbrido” porque el paciente ha de intervenir “parcialmente” en su funcionamiento. “Ya no tiene que hacer el cálculo mental (de la cantidad de insulina), sino que anota cuántos carbohidratos va a comer y, según el nivel de azúcar que tiene, el sistema hace las cuentas por el paciente”, a lo que ha adelantado, “pero en una segunda etapa de pruebas sólo informará qué va a comer”. El objetivo, han asegurado los científicos, pasa por que en un futuro sea 100% automático, ya que la diabetes “da trabajo los 365 días del año, las 24 horas, y el paciente jamás se puede olvidar o dejar de contar lo que come o cuánta azúcar tiene en sangre”. Por eso, además de "optimizar el tratamiento", el páncreas artificial le brindará al paciente “tiempo de paz mental”.
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