Hacia el diagnóstico del párkinson a través del habla

El tiempo medio para la obtención del diagnóstico de la enfermedad de Parkinson es de 2,9 años y se basa fundamentalmente en la sospecha clínica.

La Federación Española de Párkinson demanda un censo de personas afectadas
La Federación Española de Párkinson demanda un censo de personas afectadas

La Real Academia Española (RAE) define la enfermedad de Párkinson como un trastorno neurológico propio por lo general de personas de edad avanzada, caracterizado por lentitud de los movimientos voluntarios, debilidad y rigidez muscular, así como temblor rítmico de los miembros.

Actualmente, esta enfermedad no tiene cura, pero sí se puede controlar eficazmente. No es una enfermedad fatal pero sí es invalidante, lo que lleva a quienes la padecen por ejemplo a tener que jubilarse prematuramente o a solicitar la incapacidad laboral y abandonar sus puesto de trabajo, entre otras cosas.

Y es que, se conocen muchos aspectos del proceso neurodegenerativo subyacente a la enfermedad pero los tratamientos que lo modifican todavía están en fase experimental.

El tiempo medio para la obtención del diagnóstico de la enfermedad de Párkinson es de 2,9 años y se basa fundamentalmente en la sospecha clínica

Por tanto, hasta ahora el tratamiento de párkinson actual se dirige únicamente a mejorar los síntomas derivados de la pérdida y muerte neural. Como consecuencia de esto, los afectados deben ingerir estos fármacos antiparkinsonianos de por vida, según la dosis y combinación de medicamentos que su neurólogo considere más adecuado para su caso en particular.

En este sentido, investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), del Massachusetts Institute of Technology y de la Johns Hopkins University, han participado en un estudio internacional que busca nuevos biomarcadores para diagnosticar precozmente esta enfermedad a través del habla, para lo que ya han desarrollado diversos esquemas de clasificación y parametrización de la voz.

Los avances de este estudio publicado en las revistas Plos One y Applied Soft Computing contienen diferentes esquemas de clasificación y parámetros de la voz, factores que abrirán la puerta al desarrollo de sistemas automáticos de cribado y evaluación objetiva del párkinson.

Cabe destacar que el tiempo medio para la obtención del diagnóstico de la enfermedad de Párkinson es de 2,9 años y se basa fundamentalmente en la sospecha clínica. La precisión diagnóstica varía considerablemente según la duración de la enfermedad, la edad, la experiencia del médico y la evolución.

Esta incertidumbre en el propio diagnóstico unida a la degeneración que se produce antes del inicio de cualquier tratamiento tiene un evidente impacto en la calidad de vida de los pacientes.

LA VOZ Y EL HABLA

A pesar de que aún no hay marcadores robustos y no invasivos, la literatura ha identificado desde hace décadas que la voz y el habla se ven afectadas aún en estadios presintomáticos de la enfermedad, si bien estos hallazgos aún no han sido explotados para desarrollar sistemas automáticos fiables de diagnóstico diferencial y cribado.

Con este objetivo se pusieron en marcha una serie de investigadores en diversos centros de distintas instituciones para desarrollar biomarcadores basados en técnicas de procesado digital de la señal y aprendizaje de máquina que faciliten la detección temprana, caracterización y monitorización de distintos tipos de desórdenes neurológicos que se manifiestan a través de la voz.

Los estudios realizados ponen de manifiesto no sólo que el habla es portadora de información relevante para el diagnóstico diferencial del párkinson, sino también que la extracción de características de interés se puede llegar a automatizar de manera sencilla analizando distintos aspectos relacionados con la cinemática de la voz.

Es por todo ello que el uso del análisis acústico puede ser útil, dada su capacidad para identificar cambios tempranos que carecen de correlatos clínicamente perceptibles hasta que la enfermedad está avanzada. Se estima que los cambios fisiopatológicos en la enfermedad no son visibles hasta que la dopamina del núcleo estriado no se ha reducido entre un 60% y 80%. 

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