Comer carne a la parrilla, o muy hecha, se asocia con un mayor riesgo de presión arterial alta, según una nueva investigación. "Entre las personas que consumen carne roja, pollo o pescado, regularmente, nuestros hallazgos implican que evitar el uso de métodos de cocción a fuego abierto y/o de alta temperatura, como asado, a la parrilla o tostado, puede ayudar a reducir el riesgo de hipertensión", según ha explicado el doctor Gang Liu, de la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard en Boston. Así, el estudio muestra que entre los adultos que comieron dos o más porciones de carne roja, pollo o pescado a la semana, el riesgo de desarrollar hipertensión fue un 17% mayor en los que asaban la carne, frente a los que no lo hacían.