La adicción al móvil está ya diagnosticada como una enfermedad. Es un problema creciente y el límite que separa el enganche de un uso racional, una línea difusa. Un nuevo estudio ha abordado las ventajas de desactivar las notificaciones del aparato. La investigación, elaborada por la Universidad Carnegie Mellon (Pensilvania, EE.UU.) ha probado que silenciarlas tiene un gran beneficio para la salud mental. Una treintena de personas desconectaron los mensajes de aviso que se despliegan en la pantalla durante un día. Si bien algunos reconocieron estar más relajados, menos estresados y fueron más productivos, otro grupo calificaron la experiencia de negativa, puesto que temían no ver un mensaje importante y se sentían aislados. Eso sí, dos tercios cambiaron la configuración de las notificaciones al acabar el experimento, y, dos años más tarde, los investigadores volvieron a contactar con ello para constatar que muchos de ellos habían silenciado totalmente algunas aplicaciones.