David Aguilar es un estudiante de 18 años que vive en Andorra. Nació con un brazo deformado y desde entonces tuvo que adaptarse a sus actividades diarias y a las miradas de la gente que le rodeaba. Pero desde que era niño, estaba obsesionado con las piezas interconectables de juguete de la marca Lego, sin saber que en el futuro le cambiaría la vida. Y es que, con tan sólo 9 años construyó su primer brazo protésico con estas piezas. Con el tiempo, mejoró su técnica como constructor Lego y posteriormente llegó la prótesis a la que llama MK1 con la que logró ser “completamente funcional”. Y a los 18 años llegó el MK2, un brazo protésico a base de piezas y una batería que “trabaja como un bíceps”, lo que le permite doblar la prótesis y agarrar objetos a través de un agarre de pinza. Ahora puede desempeñar cualquier acción como el resto de personas.