Los perros con mutación genética POMC queman menos calorías y pueden sufrir obesidad en mayor medida

Los perros que sufren esta mutación mayoritariamente son los labradores y los perdigueros de pelo liso

Labrador con mutación genética POMC con riesgo de sufrir obesidad. (Foto: Freepik)
Labrador con mutación genética POMC con riesgo de sufrir obesidad. (Foto: Freepik)
Itziar Pintado
12 marzo 2024 | 10:00 h
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Cerca del 25% de los labradores y el 66% de los perdigueros de pelo liso padecen la mutación en el gen llamado POMC. Esta variable genética ejerce una función esencial en el hambre y el uso de energía, por lo que su papel es crucial en el gasto calórico. Además, los canes con mutación POMC gastan un 25% menos de energía en reposo que los perros sin ella. Estos resultados se desprenden de un nuevo estudio de la Universidad de Cambridge sobre mutación genética y la predisposición a padecer obesidad.

Esta investigación ha confirmado que la mutación altera la manera en la que ambas razas se comportan con la comida. Estos animales, aunque no necesitan comer más para llenarse, tienen más hambre entre comidas. “Descubrimos que una mutación en el gen POMC parece hacer que los perros tengan más hambre. Los afectados tienden a comer en exceso porque les da hambre entre comidas más rápidamente que los que no tienen la mutación”, explica la Dra. Eleanor Raffan, investigadora del Departamento de Fisiología, Desarrollo y Neurociencia de la Universidad de Cambridge, quien dirigió el estudio.

"Los perros con esta mutación genética se enfrentan a un doble golpe: no sólo quieren comer más, sino que también necesitan menos calorías porque no las queman tan rápido"

“Todos los propietarios de labradores y perros perdigueros de pelo liso deben vigilar qué les dan de comer a estos perros altamente motivados por la comida, para mantenerlos en un peso saludable. Pero los que cuentan con esta mutación genética se enfrentan a un doble golpe: no sólo quieren comer más, sino que también necesitan menos calorías porque no las queman tan rápido”, añade.

Entre los hallazgos, este estudio confirmó que la mutación POMC altera una vía en el cerebro de los perros asociada con la regulación del peso corporal. Esta alteración genética indica al cuerpo que debe comer más, así como conservar la energía en mayor medida, aunque esto no sea necesario.

“Hemos demostrado que los labradores con esta mutación genética buscan comida todo el tiempo, intentando aumentar su ingesta de energía. Es muy difícil mantener delgados a estos animales, pero se puede lograr”, afirmó Raffan. Para controlarlo, los investigadores animan a los propietarios a utilizar métodos para distribuir las raciones, como por ejemplo usando comederos rompecabezas.

INVESTIGACIÓN CON 87 PERROS ADULTOS

En esta investigación participaron un total de 87 perros labradores adultos, todos ellos con un peso que oscilaba entre saludable y sobrepeso moderado. Se sometieron a diversas pruebas, entre las cuales se incluyó la evaluación conocida como la "salchicha en una caja".

En la primera fase del estudio, los perros recibieron una lata de comida para perros cada 20 minutos hasta que optaron por no consumir más. A pesar de que todos los caninos ingirieron cantidades considerables de alimento, aquellos con la mutación POMC no mostraron un aumento en el consumo en comparación con sus homólogos no afectados, lo que sugiere una sensación de saciedad similar entre ambos grupos.

Los resultados revelaron que los perros con la mutación POMC mostraron un esfuerzo considerablemente mayor para extraer la salchicha de la caja

Posteriormente, en un día distinto, se les proporcionó a los perros una cantidad estándar de desayuno, seguido de la presentación de una salchicha dentro de una caja exactamente tres horas después. La caja, hecha de plástico transparente con una tapa perforada, permitía a los perros ver y oler la salchicha sin poder consumirla. Los resultados revelaron que los que tenían la mutación POMC mostraron un esfuerzo considerablemente mayor para extraer la salchicha de la caja en comparación con aquellos sin la mutación, indicando un aumento en el apetito.

Posteriormente, se les permitió descansar en una cámara especial que medía los gases exhalados. Los análisis demostraron que aquellos con la mutación POMC quemaban alrededor de un 25% menos de calorías en comparación con los perros que no presentaban la alteración.

La investigación resalta la similitud genética entre perros y humanos en relación con el gen POMC y la vía cerebral que afecta. Estos nuevos hallazgos son coherentes con informes sobre hambre extrema en humanos con mutaciones POMC, que tienden a desarrollar obesidad a una edad temprana y experimentan problemas clínicos asociados.

Además, el estudio destaca que los medicamentos actualmente en desarrollo para abordar la obesidad humana, el deseo sexual hipoactivo y ciertas afecciones de la piel se centran en esta vía cerebral, subrayando la importancia de comprenderla de manera exhaustiva.

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