La población de lobo ibérico de la Península presenta valores de endogamia muy variables

Una investigación encabezada por el CSIC sugiere la necesidad de favorecer la conectividad de la especie para garantizar el flujo genético

Lobo ibérico. (Foto: Isabel Salado - CSIC)
Lobo ibérico. (Foto: Isabel Salado - CSIC)
AnimalCare
23 enero 2024 | 17:00 h
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Un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) lidera un estudio internacional que arroja luz sobre la dinámica genética de la población de lobos ibéricos. A pesar de su aparente distribución continua en el noroeste peninsular, se ha constatado una significativa variabilidad en los valores de endogamia. Esta investigación, encabezada por la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) y con la colaboración de la Universidad de Potsdam en Alemania, ha llevado a cabo un análisis exhaustivo del genoma completo de lobos contemporáneos, así como de especímenes históricos conservados en las colecciones científicas de la EBD-CSIC.

Los resultados de este trabajo, recientemente publicado en la revista Journal of Heredity, sugieren que una mayor conectividad en la población podría ser clave para proteger a los lobos ibéricos del aumento de la endogamia a nivel local. Este fenómeno genético, derivado del apareamiento entre individuos emparentados, puede llevar a una reducción de la diversidad genética y hacer que la población sea más susceptible a problemas genéticos.

“Hemos encontrado un amplio rango de niveles de endogamia, desde individuos no endogámicos hasta individuos con valores tan altos que sus padres podrían ser hermanos”

La población de lobos en la Península Ibérica ha experimentado a lo largo de los últimos dos siglos una serie de desafíos, desde la persecución humana hasta la fragmentación de su hábitat, lo que ha llevado a una drástica reducción en su área de distribución. Alrededor de 1970, la población alcanzó su mínimo histórico, pero desde entonces ha logrado recolonizar áreas del noroeste y centro peninsular, aunque ha desaparecido del sur de la península. A pesar de la aparente continuidad en su distribución en el noroeste, se revela ahora que esta situación esconde fragmentación y altos niveles de endogamia a escala local. “Hemos encontrado un amplio rango de niveles de endogamia, desde individuos no endogámicos hasta individuos con valores tan altos que sus padres podrían ser hermanos”, explica Isabel Salado, investigadora de la EBD-CSIC y primera autora del estudio.

Este estudio resalta la importancia de comprender la genética poblacional para la conservación de especies, particularmente en el caso de los lobos ibéricos, cuya aislada población presenta desafíos únicos. El manejo de la conectividad entre individuos puede ser crucial para garantizar la salud genética y la supervivencia a largo plazo de esta emblemática especie en la península ibérica.

“Esto es un resultado sorprendente para una población de una especie para la que se asume una gran movilidad. Nos indica que existe poco flujo genético entre individuos de diferentes zonas de distribución, es decir, que la población está fragmentada en pequeñas subpoblaciones”, afirma Carles Vilà, científico de la EBD-CSIC. Esto contrasta con la imagen observada para otras poblaciones de lobos en Europa, donde se han detectado muchos movimientos de dispersión a grandes distancias.

"Para reducir la fragmentación y evitar así el aumento de la endogamia a nivel local, las estrategias de gestión de la especie deben favorecer la conectividad dentro de la población"

El mayor nivel de endogamia lo encontraron en un individuo al sur del río Duero, una región recientemente recolonizada por la especie. “Esta región fue probablemente recolonizada por individuos procedentes del norte del río. Si pocos individuos son capaces de llegar y establecerse al sur del río, la endogamia podría continuar aumentando en esta parte de la población”, aclara Jennifer A. Leonard, investigadora de la EBD-CSIC. “Para reducir la fragmentación y evitar así el aumento de la endogamia a nivel local, las estrategias de gestión de la especie deben favorecer la conectividad dentro de la población, facilitando la dispersión natural de la especie, sobre todo en zonas periféricas de la distribución”, concluye Salado.

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