El incremento exponencial de casos de coronavirus en todas las comunidades autónomas ha obligado a que el Consejo Interterritorial aprobara de nuevo medidas consensuadas para tratar de controlar la transmisión. Patricia Gómez, consejera de Salud y Consumo de Baleares, defiende que aunque cada región tiene sus particularidades concretas y debe tomar decisiones diferentes, algunas actuaciones sí que deben unificarse para “dar más seguridad” y explicarlas mejor a la población. Sobre la incidencia de Covid-19 que registra actualmente la región balear y la incertidumbre que está generando el curso escolar habla para ConSalud.es en la siguiente entrevista.
¿Cuál es la situación actual en Baleares? ¿Se puede hablar de una segunda ola epidémica?
La verdad es que no sabría muy bien cómo denominarlo. Los mismos expertos tienen ciertas dudas sobre la terminología a usar. Mi opinión personal es que sí estamos ante una segunda ola, en el sentido de que hemos pasado de una incidencia en el mes de julio muy baja en la mayoría de lugares de España, y aquí sobre todo, a tener ahora un volumen que ha ido aumentando de manera progresiva. En las últimas semanas tenemos una incidencia acumulada muy elevada. Cualquier gráfico sobre el número de casos que tenemos diariamente pueden hacer pensar que sí estamos ante una segunda ola. Es cierto que en los meses de marzo y abril la tipología del paciente era diferente y éstos pacientes actuales no los detectábamos. También es cierto que el estudio de seroprevalencia del Ministerio nos dio a Baleares una incidencia muy muy baja, pero el virus ya estaba entre nosotros. Ahora mismo la situación es preocupante.
Sobre el inicio del curso escolar: "Hemos propuesto desde casi todas las CC.AA. que las decisiones sean consensuadas en relación a la detención de un caso o el aislamiento de los contactos"
¿Qué volumen de pacientes Covid-19 tenéis en los hospitales de la comunidad?
En Son Espases tenemos 65 camas ocupadas en hospitalización y 14 en la UCI. En Son Llàtzer hay 44, 4 en la UCI. Y en todos los hospitales de la sanidad privada hay 58 pacientes ingresados y 12 en la UCI. Ha aumentado de manera considerable en las últimas semanas. Por ejemplo, hace 10 días había una planta Covid-19 abierta en Son Espases y ahora hay tres. Aún así, el resultado global ronda las 200 personas ingresadas y nuestra capacidad máxima es de 1.400 camas de hospitalización ampliadas. De momento es baja pero se está incrementando. Sabemos que un 70 % tienen síntomas leves o son asintomáticos y luego entre un 10 % y un 15 % que están ingresados.
¿Han surtido efecto las medidas consensuadas hace una semana con el resto de CC.AA. en el Consejo Interterritorial? o ¿es demasiado pronto aún?
Es pronto. Algunas de las medidas las habíamos tomado antes. Por ejemplo, en cuanto al ocio nocturno las grandes discotecas no abrieron y la obligatoriedad de las mascarillas también llevábamos tiempo con ello. Ahora lo que vemos es que tenemos que seguir concienciando mucho a la ciudadanía, a los jóvenes, y también a la reuniones sociales y familiares, que es donde tenemos puesto más el foco. Es verdad que durante el fin de semana hemos tenido menos casos, pero no es representativo porque nos suele pasar a veces, y no creo que sea valorable todavía.
Ante este aumento de casos y un posible empeoramiento de la situación, ¿qué otras medidas os planteáis?
Cada hospital y Atención Primaria tiene su plan de contingencia. En Primaria se había descentralizado el rastreo de los contactos y el seguimiento de los casos y se habían reforzado todos los centros de salud con más profesionales para que pudieran asumirlo. Pero hemos pensado que teníamos que volver a la central Covid. Así que hemos alquilado una nave grande y han empezado a trabajar ahí parte de la central Covid con las líneas telefónicas para dar respuesta a la ciudadanía, porque estamos teniendo bastante colapso de ellas. Hemos puesto 400 líneas más en marcha, porque muchas de las consultas son telefónicas desde los centros de salud. También hay más profesionales que se dedican al rastreo, tanto en salud pública como en Atención Primaria. Tendremos aproximadamente 250 rastreadores que actuarán de forma centralizada. Estamos ideando que actúen desde una base de resolución de procesos cortos y no dejar que un solo rastreador se dedique a todo el trabajo de rastreo de contactos, sino que haya diferentes profesionales que tengan trabajos distintos para poder ser más eficientes.
"Cuando las decisiones que tomamos las CC.AA. son dispares, no genera ni seguridad ni confianza. Algunas, sin duda, tienen que seguir siendo distintas pero otras creo que se pueden unificar"
Por la experiencia de los últimos meses, ¿qué herramientas empleadas han demostrado más efectividad? ¿Los confinamientos locales? ¿Los test masivos? ¿Los propios rastreadores?
Por un lado, desde el inicio de la nueva normalidad hemos ido incrementando el número de rastreadores de manera exponencial, lo que nos permite detectar a muchísima gente asintomática y limitar los contactos. Hemos sido bastante severos también y en el momento de que tenemos conocimiento que alguien se ha saltado un confinamiento, emitimos una orden judicial y una detección por parte de la policía local o la Guardia Civil. Luego, con las medidas de las resoluciones intentamos también, a medida que va evolucionando la pandemia, ser más restrictivos.
En estos momentos tenemos que serlo todavía más y vamos a empezar con los confinamientos selectivos. Si ya teníamos este incremento de casos, estaba muy diseminado sobre todo en la isla de Mallorca, no habíamos procedido al confinamiento selectivo pero probablemente en esta semana tengamos que plantearlo. Estamos analizándolo permanentemente, con grupos de trabajo diarios de técnicos que se reúnen para estudiar diferentes propuestas. También vamos a emitir esta semana una nueva resolución, recabando lo que nos solicitó la ministra de Igualdad, Irene Montero, en relación con la prostitución y ver si es necesario adoptar alguna otras medida restrictiva.
Esta semana también hay reunión entre los ministros de Sanidad y Educación con los consejeros de dichas áreas para debatir sobre el inicio del curso escolar. ¿Qué espera de esa cita y qué propondrá Baleares?
Hablamos frecuentemente con el ministro Illa y lo que le hemos propuesto desde prácticamente todas las comunidades autónomas es que las decisiones sean consensuadas, por ejemplo en cuanto a la detención de un caso, el aislamiento de los contactos o a quién podemos considerar contacto dentro un aula. Todos somos muy conscientes de que el curso escolar tiene que empezar y tenemos que poner las medidas para ello. Los jóvenes están teniendo más riesgo en la calle que si están en un entorno controlado. Que sea 100 % presencial o no dependerá de la situación de cada autonomía. Tenemos que estar muy pendientes de los indicadores, porque en principio aquí estaba previsto el inicio del curso el 10 de septiembre, y veremos si tiene que ser presencial o tiene que combinar una modalidad online desde el inicio del curso. Si se pueden fijar esos criterios serían por todos conocidos y sería más fácil.
"En Baleares nadie pensaba que en agosto pudiéramos tener el volumen de casos que estamos teniendo. Este virus nos está sorprendiendo a todos y en más de una ocasión"
Es verdad que tenemos esa tendencia de comparar lo que hace una comunidad, lo que hace otra, por qué uno hace una cosa y el otro no la hace. Cuanto más uniformes puedan ser las decisiones mejor, siempre teniendo en cuenta las particularidades de cada comunidad porque no todos tenemos los mismos recursos ni la misma inversión ni el mismo número de profesores. Esas diferencias hacen que las decisiones tengan que ser diferentes. Pero hay otra serie de decisiones que sí pensamos apropiado que se puedan consensuar, que sean para todos las mismas y sean más fáciles de explicar, con criterios científicos detrás que las avalen, lo que da más seguridad. Cuando las decisiones que tomamos las comunidades autónomas son dispares, no genera ni seguridad ni confianza. Todas hemos trabajado, pero es cierto que cuando comparas los protocolos hay diferencias. Algunas medidas, sin duda, tienen que seguir siendo distintas pero otras creo que se pueden unificar.
En junio, ya se elaboró una estrategia a nivel estatal. ¿Cree que se marcó un escenario demasiado optimista de la vuelta al colegio, tal y como se demuestra cada día en el incremento de casos?
Bueno, era el escenario que teníamos en ese momento. Tenemos que ir adaptando las decisiones a la situación de la pandemia. Nos hemos equivocado seguro en decisiones pero sí que hemos intentando siempre analizar la situación que teníamos. Sí le puedo decir que en mi comunidad nadie pensaba que en agosto pudiéramos tener el volumen de casos que estamos teniendo. No sé si era previsible o no, pero está claro que nadie lo pudo prever. Están siendo momentos difíciles porque también pensábamos que con la subida de las temperaturas el virus tendría una incidencia menor. En julio teníamos una incidencia bajísima y estábamos tranquilos. Entonces, se han tomado las medidas que creíamos que había que ir tomando. Eso hace que haya que adaptar las decisiones a cada momento. En cualquier caso, en los protocolos ya se preveían las tres modalidades. Todos queremos que sea cuanto más presencial mejor, pero no sabemos si esto va a ser posible.
Se habla de diferentes opciones para afrontar la nueva situación. ¿Es partidaria de un segundo Estado de alarma? ¿Cree que el Gobierno debe coordinar más o que hace falta implementar más leyes?
Tenemos que ir viendo. Este virus nos está sorprendiendo en más de una ocasión y a todos, a expertos, a políticos, a gestores... No se pueden anticipar las medidas. Estoy segura que si en un momento dado el Gobierno de España considera que hay que volver a decretar el Estado de alarma lo hará. Desde el Ejecutivo tienen una visión de todas las comunidades autónomas y entiendo que equilibran las medidas a tomar. Desde mi punto de vista ha sido muy oportuno el acuerdo del Consejo Interterritorial por unanimidad porque en el momento en el que ese incremento de casos no se produce solo en algunas comunidades sino que prácticamente es generalizado, entiendo que las medidas se tomen de forma conjunta. Y esto hay que valorarlo día a día.