El Hospital de Torrejón augura una primavera con síntomas de alergia más leves por las mascarillas

El Servicio de Alergología recomiendan su uso desde hace más de 30 años “por su efecto beneficioso para evitar la inhalación de partículas de polen o aeroalérgenos como los ácaros, epitelios y hongos”.

Mascarillas (Foto. HUT)
Mascarillas (Foto. HUT)
CS
7 abril 2021 | 12:55 h

Comienza la primavera y con ella los pacientes con alergia al polen suelen afrontar su peor estación. Sin embargo, según los datos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), este año marcado por la pandemia las personas alérgicas podrían experimentar los síntomas de esta patología forma más leve o moderada. La clave, según confirman los especialistas de los servicios de Alergología de los hospitales del grupo sanitario Ribera, está en el uso obligatorio de la mascarilla, sobre todo en los espacios al aire libre. Laura Vázquez, responsable del Servicio de Alergología del Hospital Universitario de Torrejón, asegura que ya el año pasado se notó una mejoría en la sintomatología por el uso de la mascarilla y la limitación de salidas al exterior, a pesar de que se lleva “30 años recomendando su uso a las personas alérgicas por su efecto beneficioso, para evitar la inhalación de partículas de polen o aeroalérgenos, como ácaros, epitelios y hongos”.

Usar una mascarilla FFP1 atrapa un 80% de las partículas de más de 0.3 micras, las FFP2 filtran 92% y las FFP3 98%

La doctora Vázquez explica que para evitar síntomas de la alergia como los estornudos, mucosidad, dificultad respiratoria o tos deben usarse mascarillas quirúrgicas o las de protección FFP2 o FFP3. “Las mascarillas quirúrgicas filtran partículas hasta 1 micra, y es suficiente, dado que el tamaño de los pólenes más habituales oscila entre las 25 y las 35”, aunque advierte de que, como no se acoplan completamente, y dejan huecos a ambos lados de las aletas nasales y laterales, pueden no ser tan efectivas como las de protección. “Para cubrir completamente la cara y asegurar una filtración más adecuada, se recomiendan las FFP, ya que el polen se bloquea con las microfibras de polipropileno”, señala. La doctora Vázquez matiza que usar una mascarilla FFP1 atrapa un 80% de las partículas de más de 0.3 micras, las FFP2 filtran 92% y las FFP3 98%.

Con respecto a la incidencia del polen este año en el ambiente, desde el Servicio de Alergología recuerdan que factores como la contaminación, la lluvia, nieve o las temperaturas durante el invierno influyen de manera considerable. “La contaminación y el cambio climático ya se han demostrado causantes de un aumento de personas alérgicas”, aseguran, pero además los síntomas en los pacientes que viven en poblaciones cerca de autopistas o grandes ciudades suelen ser más graves. “Esto sucede porque las concentraciones de pólenes son menores, pero estos son más agresivos”, explican.

Los pacientes con alergia al polen pueden vacunarse contra el Covid pero recomiendan posponer la cita si tienen síntomas agudos

Además, como consecuencia de las temperaturas extremas que se han sufrido este año en Madrid, especialmente con la borrasca Filomena, los especialistas del Hospital Universitario de Torrejón esperan más pólenes de gramíneas, pero menos de platanus y olivo, porque este fenómeno meteorológico dañó árboles que este año no van a polinizar. “En Madrid se espera una primavera intensa con valores de 6.000 granos /m3 de pólenes, pero el porcentaje de alérgicos al polen de platanus supera el 40% por ejemplo, y se espera una polinización muy corta”, añaden. Concretamente en Torrejón de Ardoz, explican, también es relevante el fresno como alérgeno que cobra relevancia en invierno, y la salsola en verano (de agosto-septiembre).

Por último, la responsable del Servicio de Alergología del Hospital Universitario de Torrejón recuerda que los pacientes con alergia al polen pueden vacunar sin problemas contra el COVID “puesto que no entraña un riesgo añadido, ni aumenta las posibles reacciones”. Sin embargo, sí que recomienda la doctora Vázquez que los pacientes que estén atravesando una crisis de alergia debido al polen justo en el momento de ser llamados para la vacuna, consulten con su médico sus opciones porque la recomendación es “posponer la administración de la dosis de cualquier vacuna hasta la mejoría del paciente, y que este tenga una sintomatología leve”. Insiste, además, en que los pacientes alérgicos “no son más propensos a infectarse con el COVID, como tampoco lo son las personas con asma”.

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