El hospital de Día de Villalba ofrece un abordaje integral al paciente

El servicio cubre, con el mayor nivel de excelencia, todas las necesidades que, sin necesidad de ingreso, puede requerir el paciente oncológico, hematológico u oncohematológico.

El Dr. Rafael Martos (Foto. Hospital de Villalba)
14 abril 2021 | 17:50 h

 La pandemia generada por la Covid-19 es, desde hace ya más de un año, el mayor reto al que nuestro sistema sanitario se ha enfrentado en las últimas décadas, obligándole a adaptarse para atender al elevado y creciente volumen de pacientes afectados por el nuevo coronavirus. Pero también ha sido un desafío mantener la necesaria asistencia a todas aquellas personas afectadas por otras patologías urgentes o crónicas, o que simplemente no podían esperar. Un objetivo que, gracias a la capacidad de anticipación, coordinación y adaptación de centros como el Hospital Universitario General de Villalba -perteneciente a la red sanitaria pública de la Comunidad de Madrid- y de sus servicios, así como a su experimentado cuadro médico y completa oferta asistencial, ha podido cumplirse con creces.

Es el caso de su Hospital de Día, cuya cartera de servicios cubre, con el mayor nivel de excelencia, todas las necesidades que, sin necesidad de ingreso, el paciente oncológico, hematológico u oncohematológico -ya sea de su zona de referencia o de fuera de ella- puede requerir de este departamento y, además, ofrece un importante valor añadido para el usuario: un componente adicional de humanización de la asistencia que, en casos como los que llevan a una persona a ser paciente de este servicio, marca realmente la diferencia, tal y como confirman sus usuarios.

CALIDAD ASISTENCIAL Y CALIDAD HUMANA

Y es que “este servicio está caracterizado por dos cosas: su calidad asistencial y su calidad humana”, asegura el Dr. Rafael Martos, jefe del Servicio de Hematología y Hemoterapia del hospital villalbino, poniendo como ejemplo los numerosos protocolos que abarcan todos los posibles procesos médicos, y muy especialmente el conocido como “C-15”, gracias al cual todo paciente con sospecha maligna es visto en consulta en un máximo de tres días para la realización de las pruebas pertinentes, y en menos de 15 cuenta con un diagnóstico que, en caso de confirmación de la sospecha, se completa con una estrategia terapéutica.

El servicio prestado es caracterizado por su calidad asistencial y su calidad humana

“Esto repercute enormemente, no solo en una mejora de la calidad asistencial, sino también de la calidad humana del proceso -añade el especialista-, al acortar el tiempo hasta el diagnóstico, y la incertidumbre y angustia inherente a esta demora”. A este objetivo también contribuyen los programas de acompañamiento con los que cuentan, tanto para el paciente como para el familiar, donde tras la confirmación del diagnóstico, se recibe y guía a ambos en el Hospital de Día, se les anticipa lo que van a vivir en el servicio y se les presenta a los profesionales que tratarán al paciente, le atenderán y acompañarán en el proceso, también a sus seres queridos.

Además, el Hospital de Día cuenta con programas de humanización en lo que se refiere a la respuesta ante las posibles complicaciones que el paciente pueda sufrir, para que este no tenga que desplazarse al hospital si se encuentran mal, sino que pueda contactar con su médico y transmitirle sus síntomas, problemas o preocupaciones a través de servicios no presenciales.

SEGUIMIENTO PERSONALIZADO Y ABORDAJE INTEGRAL

Como comenta la jefa del Servicio de Oncología del Hospital Universitario General de Villalba, la Dra. Ana Herrero, esta estrategia se completa con un estrecho y personalizado seguimiento del paciente, de nuevo, en ambos planos, empezando por el ineludible médico, e incluyendo el área de Consultas y Enfermería, con todos los procesos perfectamente protocolizados, incluso la derivación al hospital correspondiente para un trasplante de médula ósea, tras la cual el paciente vuelve al centro villalbino para continuar su seguimiento.

“Todo tratamiento de nuestros pacientes, ya sea más o menos complejo, es un abordaje integral que se hace aquí, tan solo con posibles soportes puntuales a nivel de diagnóstico o procedimientos específicos”, asevera el hematólogo. Pero también -completa la oncóloga- el lado humano disfruta de este seguimiento, ya que se da apoyo a los enfermos y sus familias, se ofrece asesoramiento, acompañamiento.

La filosofía de este centro  se optimiza ya con un proyecto de medición de resultados

La Dra. Ana Herrero

Una filosofía que, además, se optimiza ya con un proyecto de medición de resultados, no solo en salud sino también en experiencia -E-Res Salud, el programa de Evaluación de Resultados en Salud y en Experiencia del Paciente (PROMs y PREMs)-, que permite, a través de formularios personalizados, aprender de los propios usuarios, solventar sus problemas en tiempo casi real y sin necesidad de presencia física en el hospital, y mejorar constantemente la atención ofrecida.

Para los doctores Martos y Herrero, todo ello se consigue gracias al equipo multidisciplinar con el que cuenta el Hospital de Día, formado por médicos, enfermeras, auxiliares y resto de personal de los servicios que ambos lideran, que ofrecen un abordaje integral al paciente y su familia para que se sientan protegidos, cuidados y tratados, de cara a una curación. “El paciente solo tiene que preocuparse de cuidarse para curarse; del resto nos encargamos nosotros”, apostillan.

SATISFACCIÓN Y CONFIANZA DE LOS PACIENTES

Un esfuerzo del que dan fe los usuarios de este servicio, como demuestran la satisfacción y confianza con la que hablan María Rocío y Ana María, pacientes oncológica y hematológica, respectivamente, del Hospital de Día, y que se han tratado, y recuperado en un importante porcentaje, en el último año, coincidiendo con la pandemia generada por la Covid-19.

Así, mientras la primera destaca la información recibida siempre de forma previa a todos los tratamientos, lo que le ha permitido “ir preparada de cara al procedimiento y saber cómo iba a producirse y el tiempo que iba a tardar”, la segunda, ya muy recuperada de su proceso de salud, recuerda la experiencia en el servicio como “muy positiva”. “Es una alegría ver que no se han olvidado de ti, que sigues siendo para ellos, ante todo, una persona”, concluye Ana María.

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