El Marañón coordina un importante estudio sobre el infarto de miocardio

El Hospital Gregorio Marañón coordina un estudio que demuestra que las células madre donadas son seguras para el tratamiento del infarto de miocardio

Doctor Francisco Fernández Avilés, jefe de la Unidad de Cardiología del Gregorio Marañón. (Foto. Marañón)
Doctor Francisco Fernández Avilés, jefe de la Unidad de Cardiología del Gregorio Marañón. (Foto. Marañón)

Cardiólogos del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Cardiovasculares (CIBERCV) en el Hospital Gregorio Marañón, liderados por Francisco Fernández Avilés, han concluido y publicado en la revista Circulation Research el ensayo clínico CAREMI, promovido por la empresa belgo-española TiGenix.

El trabajo demuestra que la administración de células madre cardíacas alogénicas (procedentes de donantes) tras un infarto agudo de miocardio es viable y segura. “La inyección a través de la arteria coronaria, previamente reparada mediante un cateterismo cardiaco, no supuso ningún problema ni dio lugar a ningún evento adverso o indicios de rechazo”, afirma Javier Bermejo, subdirector científico del CIBERCV y uno de los firmantes del artículo.

Los pacientes que sobreviven a un infarto agudo de miocardio que afecta a un territorio superior al 20% de su ventrículo izquierdo, tienen un riesgo muy superior de desarrollar insuficiencia cardiaca años más tarde, cuando la capacidad de compensación del tejido sano fracasa. En la actualidad, la única medida para evitar este riesgo es recuperar el flujo en la arteria coronaria responsable del infarto con la mayor celeridad posible. 

Tal y como explica el Dr. Fernández Avilés: “las células madre cardiacas alogénicas son obtenidas a partir de muestras de donantes y tienen la gran ventaja de poder producirse en cantidades masivas y almacenarse de forma segura durante largos periodos. Eso hace que puedan estar disponibles para su uso en cualquier momento, por ejemplo, cuando un paciente entra en urgencias con un infarto”.

El estudio, que incluye a 55 pacientes, abre la puerta a las terapias celulares a partir de bancos de células 

Las terapias celulares que se habían probado hasta la fecha con células del propio donante y requerían una producción de varias semanas antes de poder ser implantadas, lo cual retrasaba su potencial uso y aumentaba los riesgos para los pacientes. En este estudio, las células producidas a partir de tres donantes españoles permitieron tratar a los 55 pacientes incluidos. Otra enorme ventaja de este tipo de células es su altísima calidad: proceden de donantes con tejido cardiaco sano y puede comprobarse su “vitalidad” antes y después de ser producidas e implantadas.

Con el objetivo de acercar estas terapias a la práctica clínica, en el estudio CAREMI se evaluaron dos innovaciones fundamentales. En primer lugar, las células se administraron en una fase muy temprana durante los días siguientes al infarto (entre 5 y 7 días después) gracias a que esas células eran de origen alogénico, es decir, de 3 donantes supuestamente no compatibles con los receptores que determinan la inmunidad.

Además, esta investigación incluyó un estudio exhaustivo de resonancia magnética para evaluar la eficacia de este tratamiento sobre el tamaño del infarto y otros parámetros funcionales o estructurales del corazón. Los resultados fueron muy satisfactorios ya que la administración de estas células, desarrolladas y fabricadas por la empresa TiGenix, no supuso ningún problema para los pacientes, en los que, a pesar de estar convalecientes de un infarto agudo de miocardio reciente, no dieron lugar a problemas de flujo coronario ni a eventos adversos cardíacos o extracardiacos de ningún tipo, además de descartar el riesgo de rechazo. 

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