Navarra ha registrado en la última semana del año (del 23 al 29 de diciembre) una tasa de síndromes gripales de 41 casos por 100.000 habitantes, superando así el umbral de epidemia, establecido para la temporada 2019-2020 en 40 casos por 100.000 habitantes, según se recoge en el Informe de Vigilancia Epidemiológica publicado por el Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra (Ispln). En cifras absolutas, el número de casos en dicha semana fue de 259. Esta tasa marca el comienzo de la onda de gripe de esta temporada, con la previsión de que la incidencia de la enfermedad aumente progresivamente en las próximas semanas como cada año.
Del 23 al 29 de diciembre han ingresado con gripe en los centros hospitalarios de Navarra diez pacientes y desde el inicio de la onda epidémica la cifra asciende a 23. El número de casos diagnosticados se eleva en total a 961 y los de la temporada pasada, hasta la misma fecha, ascendieron a 989.
La gripe es un proceso de origen vírico que se inicia de forma repentina, y cuyos síntomas más habituales son: fiebre alta, afectación importante del estado general, dolores de cabeza, dolor muscular, falta de apetito, fatiga, congestión nasal, irritación de garganta y tos.
Navarra ha registrado en la última semana del año (del 23 al 29 de diciembre) una tasa de síndromes gripales de 41 casos por 100.000 habitantes
Las complicaciones más habituales de la gripe son la neumonía viral primaria, por el propio virus, y la infección respiratoria bacteriana secundaria, que también puede derivar en neumonía, complicaciones que requieren atención sanitaria específica.
La mayoría de personas afectadas se recuperan en una semana aproximadamente sin tratamiento médico, con cuidados en casa y medidas para mejorar los síntomas como reposo y el tratamiento sintomático con analgésicos y/o antitérmicos.
Para evitar contagios, el enfermo debe usar pañuelos de papel de un solo uso para taparse la boca y nariz si estornuda o si tose, y debe lavarse las manos frecuentemente.
La persona afectada de gripe debe evitar estar cerca de personas con enfermedades respiratorias crónicas como asma o EPOC, en las cuales la enfermedad podría evolucionar peor.