Con la aprobación de los presupuestos de 2017, el Gobierno de Castilla-La Mancha, cuyo consejero de Sanidad es Jesús Fernández Sanz, pretende seguir recuperando posiciones en materia de sanidad pública. La partida destinada a políticas sanitarias asciende a 2.728.000 euros, un 3,5% más con respecto a la inversión de 2016, y un 12,5% por encima de la del anterior Ejecutivo del Partido Popular para 2015. Entre las disposiciones a poner en marcha destacan varias destinadas a la lucha contra el cáncer, como el programa de detección precoz del cáncer de cérvix, al que podrán acogerse 525.000 mujeres de entre 25 y 65 años, o el test genómico para predecir la evolución del cáncer de mama, de la que se podrán beneficiar unas 1.000 mujeres.