El ejercicio físico, aliado para la recuperación de los pacientes con cáncer

Investigadores de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte-INEF de la Universidad Politécnica de Madrid han analizado los efectos de los programas de ejercicio sobre los factores físicos y la seguridad en pacientes adultos con cáncer.

Ejercicio físico (Foto. Freepik)
Ejercicio físico (Foto. Freepik)
24 mayo 2022 | 09:40 h

Un equipo de investigadores de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte-INEF de la Universidad Politécnica de Madrid han analizado los efectos de los programas de ejercicio sobre los factores físicos y la seguridad en pacientes adultos con cáncer y trasplante de células madre hematopoyéticas (TCMH) o de médula ósea (BMT) y han concluido que el ejercicio es seguro y colabora en la recuperación de los pacientes con cáncer.

Los autores han realizado una búsqueda bibliográfica en las bases de datos de 'PubMed' y 'Web of Science' de los artículos publicados y han realizado una revisión sistemática siguiendo la metodología PRISMA. Para evaluar la calidad de los estudios incluidos, se ha utilizado la escala Physiotherapy Evidence Database (PEDro), basándose, a su vez, en la lista Delphi. Para la muestra se han tomado como referencia 25 estudios de ensayos controlados aleatorios que englobaban un total de 1.434 pacientes.

"Solo tres pacientes de los 711 participantes en las intervenciones (es decir, 0,42 %) informaron de eventos adversos relacionados con los programas de entrenamiento"

A la vista del análisis, los investigadores concluyeron que las intervenciones del programa de entrenamiento son seguras y producen cambios positivos en la aptitud cardiorrespiratoria, la fuerza muscular, y el estado de movilidad funcional en pacientes adultos con cáncer y trasplante de células madre hematopoyéticas o de médula ósea.

"Solo tres pacientes de los 711 participantes en las intervenciones (es decir, 0,42 %) informaron de eventos adversos relacionados con los programas de entrenamiento. Además, tienen un efecto saludable en la prevención y control de las complicaciones del trasplante, mejorando la calidad de vida", han explicado los autores del estudio, Txomin Pérez y Erica Morales.

Los resultados han demostrado, a juicio del autor de la investigación, Jorge Lorenzo, que los programas de entrenamiento supervisados pueden tener un efecto protector cardiológico y muscular, así como en la mejora de los niveles de fuerza, potencia y movilidad.

"Nuestro trabajo muestra que un programa de entrenamiento supervisado y controlado puede mejorar la calidad de vida y las perspectivas de recuperación de los pacientes"

Para los investigadores, la importancia de la investigación radica en que demuestra que las intervenciones de los programas de entrenamiento son clínicamente relevantes, y que es necesario aplicarlas de forma generalizada en este tipo de pacientes.

"Nuestro trabajo muestra que un programa de entrenamiento supervisado y controlado puede mejorar la calidad de vida y las perspectivas de recuperación de los pacientes, por lo que sería muy recomendable que las autoridades y las instancias con capacidad de decisión apostasen por incluirlas en los tratamientos de manera más generalizada", ha concluido Alejandro San Juan, profesor del Departamento de Salud y Rendimiento Humano del INEF-UPM.

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