Usar tabletas y smartphones para calmar a niños pequeños puede ser contraproducente

El uso frecuente de dispositivos como teléfonos inteligentes y tabletas para calmar a los niños de entre 3 y 5 años se asoció con un aumento de la desregulación emocional en los niños, sobre todo en los varones.

Un niño utilizando un teléfono móvil. (Foto Pixabay)
Un niño utilizando un teléfono móvil. (Foto Pixabay)
12 diciembre 2022 | 17:25 h

Dar a un niño en edad preescolar un dispositivo digital parece ofrecer una solución rápida para calmarles o entretenerles pero esta estrategia podría estar relacionada con problemas de comportamiento más graves en el futuro, según sugiere un nuevo estudio publicado en la revista 'JAMA Pediatrics'.

Según esta investigación, realizada por científicos de Michigan Medicine, el sistema de salud de la Universidad de Michigan (Estados Unidos) el uso frecuente de dispositivos como teléfonos inteligentes y tabletas para calmar a los niños de entre 3 y 5 años se asoció con un aumento de la desregulación emocional en los niños, sobre todo en los varones.

"El uso de dispositivos móviles para calmar a un niño pequeño puede parecer una herramienta inofensiva y temporal para reducir el estrés en el hogar, pero puede tener consecuencias a largo plazo si es una estrategia habitual para calmarlo --advierte la autora principal Jenny Radesky, doctora en medicina y pediatra conductual del Hospital Infantil C.S. Mott de la Universidad de Michigan--. Especialmente en la primera infancia, los dispositivos pueden desplazar las oportunidades de desarrollo de métodos independientes y alternativos para autorregularse".

"El uso de dispositivos móviles para calmar a un niño pequeño puede parecer una herramienta inofensiva y temporal para reducir el estrés en el hogar, pero puede tener consecuencias a largo plazo si es una estrategia habitual para calmarlo"

El estudio incluyó a 422 padres y 422 niños de 3 a 5 años que participaron entre agosto de 2018 y enero de 2020, antes de que comenzara la pandemia de COVID-19. Los investigadores analizaron las respuestas de los padres y cuidadores sobre la frecuencia con la que usaban dispositivos como herramienta para calmar y las asociaciones con síntomas de reactividad emocional o desregulación durante un período de seis meses.

Los signos de una mayor desregulación podrían incluir cambios rápidos entre la tristeza y la excitación, un cambio repentino en el estado de ánimo o los sentimientos y una mayor impulsividad.

Los resultados sugieren que la relación entre la relajación mediante dispositivos y las consecuencias emocionales era especialmente elevada entre los niños pequeños y los niños que ya presentan hiperactividad, impulsividad y un temperamento fuerte que les hace más propensos a reaccionar intensamente ante sentimientos como la ira, la frustración y la tristeza. "Nuestros hallazgos sugieren que el uso de dispositivos para apaciguar a los niños agitados puede ser especialmente problemático para aquellos que ya tienen problemas con las habilidades de afrontamiento emocional", afirma Radesky.

Señala que el periodo de preescolar a jardín de infancia es una etapa del desarrollo en la que los niños pueden ser más propensos a mostrar comportamientos difíciles, como rabietas, desafío y emociones intensas. Esto puede hacer aún más tentador el uso de dispositivos como estrategia de crianza.

"Los cuidadores pueden experimentar un alivio inmediato con el uso de dispositivos si reducen rápida y eficazmente las conductas negativas y desafiantes de los niños --reconoce Radesky--. Esto se siente gratificante tanto para los padres como para los niños y puede motivarlos a ambos a mantener este ciclo".

Aunque el uso ocasional de los medios para ocupar a los niños es esperable y realista, es importante que no se convierta en la herramienta principal o habitual para calmarlos

"El hábito de utilizar los dispositivos para controlar los comportamientos difíciles se refuerza con el tiempo a medida que se refuerzan también las demandas de medios de los niños --alerta-- y cuanto más a menudo se utilizan los dispositivos, menos práctica tienen los niños -y sus padres- para utilizar otras estrategias de afrontamiento".

Radesky, que es madre de dos niños, reconoce que hay ocasiones en las que los padres pueden utilizar estratégicamente los dispositivos para distraer a los niños, por ejemplo durante un viaje o al realizar varias tareas a la vez en el trabajo. Aunque el uso ocasional de los medios para ocupar a los niños es esperable y realista, es importante que no se convierta en la herramienta principal o habitual para calmarlos.

Los profesionales de la salud pediátrica también deben iniciar conversaciones con los padres y cuidadores sobre el uso de dispositivos con los niños pequeños y fomentar métodos alternativos para la regulación emocional, dice.

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