En ocasiones, durante o después de una cirugía pueden surgir complicaciones, independientemente de la eficacia del cirujano. Esto sucede porque cada cuerpo es diferente y, por tanto, la composición del tejido conectivo varía de uno a otro, lo que significa que el proceso de curación de cada paciente es único.
No obstante, las complicaciones durante una cirugía son muy poco frecuentes, tanto por los avances en las técnicas quirúrgicas, como por la predicción sobre qué pacientes pueden experimentar ciertas complicaciones. Por ejemplo, a personas que tienen un sistema inmune comprometido o ciertas enfermedades, se les recomienda no recurrir a las cirugías y optar por otras opciones menos invasivas.
En este sentido, según la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos, hay una serie de procedimientos que se pueden utilizar después de la cirugía, como la técnica de rehabilitación de Aspen, para tratar complicaciones y mejorar la apariencia del paciente. Una de las áreas más comunes donde se usa esta técnica es en la del tratamiento de la contractura capsular después de una cirugía de aumento de pecho.
Pero, ¿qué es la contractura capsular? La formación de una ''cápsula'' de tejido cicatricial alrededor de cualquier tipo de implante (médico o cosmético) es una parte normal del proceso de curación. El cuerpo reacciona automáticamente ante cualquier objeto extraño que detecte y trata de aislar dicho objeto creando una barrera de tejido cicatricial a su alrededor. En el caso de los implantes mamarios, esto generalmente es algo bueno: la cápsula ayuda a mantener los implantes mamarios en su lugar, evitando el deslizamiento. En algunas pacientes, sin embargo, esta cápsula de tejido cicatricial se vuelve inusualmente dura y comienza a contraerse alrededor del implante. Esto puede provocar problemas estéticos y, en casos extremos, dolor en los senos.
En ocasiones, durante o después de una cirugía pueden surgir complicaciones, independientemente de la eficacia del cirujano
Sin embargo, si bien es imposible evitar la contractura capsular, existen varias formas de reducir el riesgo de que la paciente desarrolle esta afección. Por ejemplo, una de ellas es realizar un examen exhaustivo de la paciente para detectar condiciones de salud que pueden aumentar el riesgo de complicaciones.
Por otro lado, otra cosa a tener en cuenta es que hay que utilizar el tamaño correcto de implante para cada paciente. Y es que, colocar un implante grande en una paciente con tejido mamario natural insuficiente para cubrir dicho implante aumenta el riesgo de padecer contractura capsular. Asimismo, también es importante manejar lo mínimo posible los implantes ya que, mientras más se manipule un implante antes de insertarlo en el seno de la paciente, mayor será la probabilidad de contaminación bacteriana.
Por otra parte, en lo que se refiere a la técnica de rehabilitación de Aspen para hacer frente a la contractura capsular, hay que señalar que es un procedimiento no invasivo, por lo que no causa dolor ni molestias a la paciente.
Durante la terapia con Aspen, se aplica un dispositivo especial en el tejido mamario, sin realizar incisiones. El armonizador Aspen proporciona ondas de ultrasonido controladas con precisión al tejido de la paciente, lo que fomenta el crecimiento de colágeno saludable. Esto aumenta la elasticidad dentro de la cápsula mamaria alrededor del implante, haciendo que los senos se sientan suaves y flexibles de nuevo. Además, se ha demostrado que las ondas de ultrasonido utilizadas durante el tratamiento con Aspen aumentan la efectividad de los antibióticos para combatir el biofilm.