Melanoma en el pie: síntomas, causas y prevención de este tipo de cáncer de piel

El tipo más frecuente de cáncer de piel en los pies se conoce como melanocarcinoma lentiginoso acral (MLA)

Evaluación de pies por el especialista (Foto. Freepik)
Evaluación de pies por el especialista (Foto. Freepik)
Verónica Serrano
26 marzo 2024 | 11:00 h

El melanoma es ya uno de los tipos de actividad tumoral más frecuente en la sociedad. Se estima que para 2040 sea el segundo cáncer de mayor incidencia a nivel internacional. Por el momento, en España cada mes se diagnostica a 300 nuevos pacientes con la enfermedad, una tasa de prevalencia que se ha duplicado en las últimas décadas, según los datos de la Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV).

La prevención y la detección precoz son las herramientas imprescindibles para luchar contra este tipo de lesiones cancerígenas, que implican la revisión y el cuidado diario de nuestra piel. Sin embargo, hay una zona que puede pasar muy desapercibida y que, en cambio, no está exenta de sufrir el cáncer de piel: los pies.

MELANOMA EN EL PIE: QUÉ ES Y SÍNTOMAS

El melanoma es el tipo de cáncer de piel más agresivo y el que mayor letalidad presenta en el grupo de las lesiones cutáneas. En concreto, afecta a 16 personas de cada 100.000, según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Y aunque frecuentemente aparece en las piernas en el caso de las mujeres y también en la espalda y cabeza, en realidad puede manifestarse en cualquier parte del cuerpo. Cuando lo hace en los pies, la enfermedad recibe el nombre de melanocarcinoma lentiginoso acral (MLA).

Aunque la presencia de los melanomas en el pie es poco común, lo cierto es que es un tipo de lesión cancerígena muy grave. Afectan mayoritariamente a personas de más de 60 años y, aunque pueden aparecer en individuos de raza blanca, las estadísticas demuestran que la población negra es la que más sufre el MLA. Otro tipo de melanoma que puede aparecer en el pie es el melanoma nodular, que se presenta como un nódulo o bulto elevado. No obstante, es menos frecuente.

Se estima que para 2040 el melanoma sea el segundo cáncer de mayor incidencia a nivel internacional

El melanocarcinoma lentiginoso acral es poco habitual, pero presenta una elevada gravedad. Es el tipo de melanoma maligno que se desarrollaen las plantas de los pies o alrededor de las uñas y se produce cuando los melanocitos, las células encargadas de pigmentar la piel, crecen de forma anormal y descontrolada. Cuando no se trata a tiempo, el tumor puede diseminarse a otras zonas del cuerpo y convertirse en metastásico.

Sus síntomas comprenden la aparición de una manchairregular similar a un lunar, de pigmentación oscura, acompañado de enrojecimiento o inflamación en la zona que provoca picazón, sensibilidad, sangrado o dolor. También puede producirse la modificación de una mancha que ya existía previamente, con cambios en su morfología, color y extensión. Asimismio, puede presentar una distinta variedad de texturas, desde una superficie lisa hasta una que es áspera y escamosa.

CAUSAS DEL MELANOMA EN EL PIE

Son varios los factores de riesgo que aumentan la probabilidad de desarrollar melanoma en el pie. El de mayor peso, la exposición excesiva al sol sin la protección adecuada. También interfieren otros aspectos, como el componente genético, la presencia de lunares atípicos o numerosos, o los fototipos claros de piel. Sin embargo, es importante destacar que el melanoma también puede desarrollarse en personas con piel oscura y en áreas del cuerpo que están menos expuestas al sol, como ocurre con los pies.

PREVENCIÓN DEL MELANOMA EN EL PIE

La protección diaria de la piel con el uso de crema solar es imprescindible al hablar de prevención contra el cáncer cutáneo. Esta medida debe ir acompañada de las exposiciones al sol controladas, en las que se evite la radiación en las horas pico y en las que se utilice fotoprotección de factor elevado, con reaplicación cada dos horas o después de la transpiración de la piel. Además, es importante usar ropa protectora, sombreros de ala ancha o gorras y gafas de sol con protección UV. Por otro lado, los dermatólogos desaconsejan totalmente las camas de bronceado.

Para detectar de forma temprana cualquier forma de cáncer de piel, es fundamental realizar autoexámenes regulares. Un cambio en el tamaño, la forma o el color de un lunar existente, así como la aparición de una nueva mancha, son signos que deben alertar y motivar la consulta con el especialista. Aunque estos cambios de piel no siempre indican la presencia de actividad tumoral, pueden ser un indicio de melanoma y deben ser evaluados por un dermatólogo.

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