Sara Vayreda: "La salud bucal está íntimamente relacionada con la salud general"

Un estudio de Dentaid ha concluido que la clorhexidina y el cloruro de cetilpiridinio ayudan a reducir los microorganismos presentes en los cepillos de dientes

Sara Vayreda, portavoz de Dentaid (Foto. Dentaid)
Sara Vayreda, portavoz de Dentaid (Foto. Dentaid)
Verónica Serrano
24 abril 2023 | 10:00 h

No sólo la técnica de cepillado condicionará nuestra salud bucal. Los cepillos de dientes son un elemento fundamental para el cuidado de los dientes y, como tal, conviene prestar mucha atención a su estado.

Los expertos recomiendan cambiarlos cada tres meses por la deformación de los filamentos y por la acumulación de las bacterias, hongos y virus en todo el cabezal. Pero no todos seguimos estos plazos, poniendo en riesgo nuestra propia salud. Por eso los profesionales de la boca suelen aconsejar la renovación del cepillo de dientes coincidiendo con el cambio de estación, evitando así que se convierta en un reservorio de microorganismos.

REDUCIR LA PRESENCIA DE MICROORGANISMOS

Según los dentistas, un cepillo dental puede contener una media de hasta 10 millones de bacterias, entre ellas, patógenos orales, respiratorios, ambientales o del tracto digestivo. En cualquier caso, esta contaminación del cepillo puede convertirse en un potencial foco de infección y transmisión de enfermedades.

Por lo tanto, si los filamentos del cepillo se deforman y acumulan mucho tiempo de uso, pierden su eficacia pudiendo dañar dientes y encías. Un estudio reciente elaborado por Dentaid Research Center ha investigado precisamente sobre cómo reducir la reserva de estos microorganismos en los cepillos dentales, para prevenir cualquier riesgo. El estudio ha sido publicado en elInternational Journal of Dental Hygiene y, en él, los expertos han deducido que la clorhexidina y el cloruro de cetilpiridinio podrían ayudar a este objetivo.

"La cantidad de bacterias vivas en los filamentos del cepillo se puede reducir"

El doctor Gerard Àlvarez, uno de los autores, desvela que “este estudio ha permitido observar que la cantidad de bacterias vivas en los filamentos del cepillo se puede reducir sumergiendo el cabezal en 0,05% de clorhexidina y 0,05% de cloruro de cetilpiridinio”. Así, se reducen las posibilidades de transmisión de infecciones y de patógenos a otros miembros del hogar. Adicionalmente, el experto explica que podría ser una muy buena solución en personas con algún tipo de infección oral ya que “se podría acelerar su recuperación”.

UNA BUENA HIGIENE BUCAL

El estudio confirma la relevancia del cepillo de dientes como elemento básico de la higiene bucal y su perfecto estado garantizará su función. La dentista Sara Vayreda, portavoz de Dentaid, explica que las dos funciones de estos aparatos son eliminar los restos de comida, y eliminar la placa dental (un acúmulo de microorganismos orales).

 “Si seguimos una higiene bucal diaria adecuada y mantenemos revisiones periódicas con el dentista, nos ayudará a prevenir posibles complicaciones a nivel bucal y sistémico, porque la salud bucal está íntimamente relacionada con la salud general”, explica la experta. De ahí la importancia de renovar el cepillo cada 3 meses e higienizarlo tras un procedimiento dental de cualquier índole, o bien, tras un episodio infeccioso como un resfriado o una gripe.

A la rutina de cuidado de la boca también podemos añadir enjuagues bucales, que tienen propiedades antisépticas y reducen la presencia de bacterias y virus en la boca. Este paso también contribuye a controlar el biofilm (placa bacteriana) que puede llegar a encontrarse en dientes y encías.

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