Hace apenas dos semanas Serena Williams daba a conocer que espera su segundo hijo. En 2017, la tenista se convertía en mamá por primera vez junto a Alexis Ohanian y ahora la pareja espera a su segundo retoño, del que todavía no han desvelado el sexo.
A la edad de 41, la tenista afronta una decisión importante, que no deja de ser arriesgada ya que hay más probabilidades de sufrir complicaciones en el embarazo. Pero la maternidad tardía está rodeada de algunos mitos que hoy, desde Estetic.es, vamos a desmontar.
POSIBLES RIESGOS EN LA MATERNIDAD TARDÍA
Los ritmos de vida están cambiando y cada vez es más frecuente aplazar en el tiempo la edad de la maternidad. Así, se puede percibir que la fertilidad es igual en todos los ciclos de la mujer, pero es una concepción errónea.
Cuando la edad de la mujer avanza, por lo general disminuye su nivel de fertilidad, ya que baja la reserva ovárica y la calidad de los óvulos es menor. No obstante, existen técnicas de reproducción asistida que podrían solucionar esos problemas para lograr la concepción. Se estima que más allá de los 35 años se reduce considerablemente la fertilidad de la mujer.
Con la maternidad tardía hay un riesgo asociado de sufrir un embarazo ectópico
Una vez lograda la concepción, hay una evidencia científica que demuestra que contra más avanzada sea la edad de una mujer gestante, más probabilidades de aborto o de parto prematuro existen. A ello, hay que sumarle el aumento del riesgo en alguna alteración cromosómica, como podría ser el Síndrome de Down, y es que por el momento, además del azar, la edad de la madre es uno de los factores comprobados que actúa sobre la incidencia en este tipo de casos, según informa Down España.
No obstante, pese a la creencia extendida de que la maternidad tardía tiene una conexión con la predisposición a que el feto desarrolle enfermedades raras o poco frecuentes, en realidad no existe un respaldo científico al respecto. Lo que sí está probado es la probabilidad de desarrollar enfermedades típicas del embarazo, como la diabetes gestacional o la hipertensión.
Y es que el efecto del tiempo en el cuerpo de la mujer es indiscutible, por lo que contra más se retrase la maternidad, también existirán más complicaciones durante el embarazo por la gran cantidad de cambios físicos y químicos a los que tiene que hacer frente el organismo. Asimismo, hay más probabilidades de que se produzca un parto más difícil y que pueda desarrollarse por cesárea.
Una dieta equilibrada y rutina saludable ayudan a mantener el cuerpo flexible y tonificado en el embarazo
Con la maternidad tardía hay un riesgo asociado de sufrir un embarazo ectópico, es decir, cuando el embrión se implanta fuera del útero (generalmente en las trompas de Falopio) y termina en aborto, muchas veces acompañado de intenso dolor para la mujer y fuertes hemorragias.
Aunque en cualquier embarazo hay que seguir una rutina saludable, las mujeres mayores de 35 años que deseen ser madres tendrán que tomar mayor conciencia de estos hábitos para conseguir un embarazo más llevadero y darle al organismo el cuidado que necesita para evitar al máximo la proliferación de estos problemas.
Hablamos de una dieta equilibrada y de actividad física adaptada que mantengan al cuerpo flexible y tonificado. En definitiva, la maternidad tardía no es una decisión tan arriesgada, aunque sí que deberá tener un seguimiento especial y adecuado para velar por la salud de la madre y del bebé.