Ver a familias abarrotar las pistas de patinaje se ha convertido en una imagen más que evidente cuando se acerca el invierno. Y es que es un gran entretenimiento para padres e hijos, además es una manera de ejercitarse y mantenerse activo.
Tal y como señalan desde la Unidad de Medicina Deportiva del Hospital Sant Joan de Déu, la edad ideal para comenzar a practicar patinaje sobre hielo es a partir de los cuatro años. Y entre sus beneficios más habituales se encuentran:
Activa la circulación de la sangre.
Potencia y fortalece los músculos de las piernas.
Permite adquirir equilibrio.
Desarrolla la concentración y el control del aprendizaje.
Hace que se quemen calorías.
Mejora la resistencia física de los niños.
Fortalece los pulmones y el corazón de tus hijos.
Los niños aprenden las habilidades básicas del desplazamiento sobre ruedas.
Ayuda a que desarrollen armonía corporal.
Aprender a superarse