Los más pequeños se hacen heridas continuamente. Como consecuencia, pueden sentir dolor, perder sangre, sufrir una infección de la misma o lesionarse órganos cercanos como músculos, nervios o vasos sanguíneos, destaca la Asociación Española de Pediatría (AEP).
Para tratar una herida, debemos contar con los materiales básicos para ello: gasas, esparadrapo, apósitos, suero fisiológico y antiséptico.
En este sentido, lo primero que hay que hacer, en caso de que sangre, es detener la hemorragia presionando una gasa sobre la lesión. ''Una vez que la herida deja de sangrar, debemos limpiarla, con agua y jabón suave, desde el centro hasta los bordes'', añade la Asociación para el Autocuidado de la Salud (anefp).
Para tratar una herida, debemos contar con los materiales básicos para ello: gasas, esparadrapo, apósitos, suero fisiológico y antiséptico
''En el caso de heridas pequeñas no es necesario siempre utilizar una solución antiséptica'', detalla la AEP.
''Para proteger la herida y evitar que vuelva a abrirse e infectarse, la cubriremos con un apósito. Para magulladuras y roces producidos por caídas, es mejor cubrirlos con apósitos con hidrocoloides, que evitan la infección, reducen los tiempos de cicatrización y permiten el baño'', explican desde anefp.
Por último, debe examinarse la herida de forma diaria. ''Si la venda se moja, retirarla y utilizar una nueva. Cuando la herida empiece a cicatrizar formando una costra no será necesario seguir cubriendo con una venda'', manifiesta la AEP.
No obstante, puede ser necesario acudir al médico en las siguientes situaciones: no se detiene el sangrado, no se puede limpiar bien la herida, la herida está en el cuello o la cara, la herida es profunda o la herida necesita puntos de sutura.