Reducción de estómago: tipos de operación y riesgos

Se trata de una intervención indicada para personas entre 18 y 60 años con obesidad mórbida.

Reducción de estómago  (Foto: Freepik)
Reducción de estómago (Foto: Freepik)
María Jerez
7 noviembre 2022 | 11:00 h
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Entre los métodos más utilizados para conseguir bajar de peso con facilidad (y en caso de que llevar un estilo de vida saludable practicando ejercicio y manteniendo una alimentación sana no sea suficiente) se encuentra la reducción de estómago. Se trata de una intervención indicada para personas entre 18 y 60 años con obesidad mórbida, tal y como señalan desde Sanitas. 

Existen tres tipos de operación: 

Puede realizarse como cirugía abierta o mediante laparoscopia. Esta última requiere menos tiempo de hospitalización, dolor, cicatrices y riesgo de infección, además de que su recuperación es más rápida. Hay distintas técnicas y a medida que avanza la medicina, surgen nuevos métodos. Entre las más practicadas, cabe destacar:

- Banda gástrica ajustable: con la banda en la parte superior del estómago, se crea un saco en el que cabe una pequeña cantidad de comida.

- Bypass gástrico o derivación en Y de Roux: se forma una pequeña bolsa estomacal en una parte del estómago y se deriva la comida para que no pase por la parte más grande ni el duodeno y vaya directamente al intestino delgado.

- Gastrectomía vertical en manga: se extirpa la mayor parte del estómago y con lo que queda se forma un pequeño estómago en forma de tubo.

RIESGOS DE LA INTERVENCIÓN 

Como toda operación, la reducción de estómago conlleva riesgos. Están los propios de toda cirugía general y la anestesia –reacción alérgica a los medicamentos, sangrado, coágulos, infección o problemas respiratorios-. Y otros específicos de este tipo de intervención, desde Sanitas destacan los siguientes: 

  • Filtración en la división del estómago.

  • Lesiones en el estómago, los intestinos u otros órganos.

  • Gastritis, acidez o úlcera en el estómago.

  • Cicatrización en el abdomen bloqueando los intestinos.

  • Hemorragia, infección, trombosis o embolia.

  • Pérdida de masa ósea por menor absorción de nutrientes.

  • Vómitos por comer cantidades que no tolera el nuevo tamaño del estómago.

  • Bajos niveles de glucosa en la sangre.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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