Sordera en los bebés, ¿cómo se diagnostica?

Cinco de cada mil neonatos presenta trastornos auditivos y el diagnóstico precoz determina la necesidad de que siga un tratamiento de estimulación auditiva

Bebé  (Foto. Freepik)
Bebé (Foto. Freepik)
María Jerez
8 abril 2022 | 16:00 h

Los primeros meses de vida de un bebé son una autentica prueba de fuego para los padres y madres, sobre todo los primerizos. Una de las pruebas que se realizan a los pocos días de nace el bebé, se le hace una prueba de oído para valorar su capacidad auditiva. Cinco de cada mil neonatos presenta trastornos auditivos y el diagnóstico precoz determina la necesidad de que siga un tratamiento de estimulación auditiva.

Es muy importante que durante los primeros meses de vida se vigile cuales son las reacciones del bebé ante determinados sonidos o situaciones. Los principales síntomas de una posible sordera en bebés y niños son: no emiten sonidos ni balbucea. No reconoce su nombre. No imita ni dice palabras. Tiene déficit de atención. No oye sonidos como el timbre de la casa o el sonido de un teléfono.

Cinco de cada mil neonatos presenta trastornos auditivos y el diagnóstico precoz determina la necesidad de que siga un tratamiento de estimulación auditiva 

Para el diagnóstico de pérdida auditiva en bebés, se utilizan métodos como las emisiones otoacústicas que ayudan a evaluar la estimulación del oído interno y si existe algún tipo de sordera congénita. En esta prueba un audíologo coloca una sonda pequeña parecida a un auricular en el canal auditivo. Se envía un sonido a la sonda y se registra y mide la respuesta del oído interno a los sonidos.

Los resultados pueden ser de cuatro tipos: leves (no escucha ciertos sonidos), moderada (no puede oir muchos sonidos como conversaciones en ambientes), grave (no escucha la mayoría de sonidos) y pronfunda (no identifica ningún tipo de sonido)

INDICADORES DE RIESGO

Hay factores que están considerados como indicadores de riesgo de hipoacusia en el bebé recién nacido. Tal y como explica Sanitas estos son los principales indicadores de riesgo por los que un bebé podría sufrir sordera.

- Antecedentes familiares de hipoacusia congénita o de sordera.

- Que la madre haya sufrido durante el embarazo una infección intrauterina.

- Que el niño presente malformaciones craneofaciales en el momento de nacer.

- Que al momento de nacer pese menos de 1.500 kg

- Que en el momento del parto o antes de nacer se haya producido una situación de hipoxia del niño o una isquemia.

- Que el niño haya tenido que ser sometido a una transfusión de sangre.

- Que la madre haya utilizado fármacos ototóxicos durante el embarazo.

- Que la madre haya sufrido una meningitis bacteriana.

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