Sacar plaza FIR después de diez años de trabajo en farmacia comunitaria: "Me cansé de la monotonía"

Esta es la historia de Alexandra, una farmacéutica cordobesa de 35 años que decidió cambiar de aires y presentarse al FIR y que en solo unos días comenzará a especializarse en Análisis Clínicos después de diez años trabajando en farmacia comunitaria

Alexandra, nueva residente FIR en el Hospital Virgen de las Nieves de Granada (FOTO: Cedida a ConSalud.es)
Alexandra, nueva residente FIR en el Hospital Virgen de las Nieves de Granada (FOTO: Cedida a ConSalud.es)
Manuel Gamarra
5 mayo 2024 | 00:00 h

Hace más de una década, cuando se graduó como farmacéutica en Sevilla y comenzó a trabajar en una farmacia de su Córdoba natal, Alexandra no se imaginaba que acabaría ejerciendo la profesión en un hospital. Tampoco cuando pasó después por otros establecimientos de la propia Sevilla, Madrid o Málaga. En apenas unos días, sin embargo, comenzará a especializarse en Análisis Clínicos en el Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada, después de haber superado al segundo intento las oposiciones FIR (Farmacéutico Interno Residente).

“Pasó bastante tiempo hasta que me decidí a hacer el FIR, pero lo cierto es que ya estaba cansada de la monotonía de la farmacia”, recuerda a ConSalud.es esta andaluza de 35 años, cuya situación no es nada habitual ni en el FIR ni en ninguna otra de las convocatorias de Formación Sanitaria Especializada (MIR, EIR, PIR, BIR, QIR y RFIR). La mayoría de los aspirantes suelen estar recién salidos de la carrera, y, en el caso de los farmacéuticos, con más interés por atender indirectamente en hospitales que directamente a la población de a pie en una farmacia comunitaria.

"Me apetecía desligarme un poco del medicamento y acercarme más al ámbito del laboratorio”

Pero es que, dentro de estos últimos, lo más habitual es escoger la especialidad de Farmacia Hospitalaria. Es, de hecho, la más numerosa del FIR, con más de la mitad de las plazas ofertadas: 192 del total de 340. Le siguen Microbiología y Parasitología (62), Análisis Clínicos (58), Bioquímica Clínica (16), Radiofarmacia (8) e Inmunología (4). “Fui a las jornadas de puertas abiertas de varios hospitales, y la verdad es que me gustó más Análisis Clínicos por el tema de que se trata de una especialidad multidisciplinar, que toca muchos campos”.

Efectivamente, Alexandra no solo estará rodeada de farmacéuticos en su servicio del Hospital Virgen de las Nieves, donde el próximo 7 de mayo comenzará una residencia de 4 años. También tendrá a su lado a graduados médicos (MIR), biólogos (BIR) y químicos (QIR), “lo que te permite tener otros puntos de vista”. “En Farmacia Hospitalaria solo hay farmacéuticos, y me apetecía desligarme un poco del medicamento y acercarme más al ámbito del laboratorio”, asegura la farmacéutica cordobesa, quien después de tantos años se dio cuenta de que no quería dedicar el resto de su vida a trabajar en una farmacia: “Hay gente a la que le encanta, pero no es lo mío”.

"Valoré el hospital, pero también la calidad de vida de la ciudad, el precio de la vivienda, la oferta cultural, gastronómica…”

Al final, cuando conoció su nota en el examen de acceso y comprobó que iba a tener un número de orden lo suficientemente alto -en concreto, 130- como para ejercer la especialidad de Análisis Clínicos en Andalucía, algo que tenía claro desde el primer momento, Alexandra se tranquilizó bastante. Pero lo que no tenía tan claro era la ciudad, ya que ahí entran otros muchos factores a tener en cuenta. Recuerda: “Valoré el hospital, claro, pero también la calidad de vida de la ciudad, el precio de la vivienda, la oferta cultural, gastronómica…”. Y se decidió por Granada: “Cumplía con todos esos requisitos”.

También tuvo suerte, asegura, con el alojamiento, motivo de queja en cada convocatoria por el poco tiempo del que se dispone entre que comunican la adjudicación de la plaza y comienza la residencia, próximo a las tres semanas. “Ahí influye mucho la ciudad, porque en algunas es mucho más complicado encontrar alojamiento que en otras. Yo me puse a buscar el mismo día que me dieron la plaza en el Virgen de las Nieves y justo el primer piso que fui a visitar me cuadró”, comenta Alexandra, quien, aunque reconoce que al principio tuvo muchas dudas por abrirse a un campo tan amplio como el del laboratorio, fueron esas visitas a los servicios de los hospitales lo que las disiparon.

"Nunca es tarde para dar el salto"

“Análisis Clínicos es una especialidad súper completa, se tocan muchísimos campos. Fisiopatología, Química, rotas por Inmunología, Genética… además, es imprescindible a la hora de diagnosticar y hacer seguimiento de determinadas patologías, y eso es muy bonito”, insiste Alexandra. “Y el Virgen de las Nieves era mi primera opción, porque te permite hacer toda la residencia en la ciudad de Granada, sin tener que completarla en otras provincias. Eso me gustó bastante”, añade. Y, aunque sabe que es un mundo “totalmente distinto” del que viene, espera aprender mucho en el hospital granadino y poder dedicarse a esta especialidad como adjunta en el futuro: “Imagino que la experiencia de haber trabajado antes también será un grado”.

A LA SEGUNDA FUE LA VENCIDA

Alexandra, como otros tantos opositores que se presentan a la convocatoria de Formación Sanitaria Especializada, no consiguió sacar plaza a la primera. Se quedó a las puertas, y ya este año, con la ayuda de una academia, pudo cumplir su objetivo. “Pensaba que iba a estar más nerviosa, pero es verdad que el hecho de saber cómo funciona la dinámica y tal te hace rebajar un poco la tensión”, recuerda la cordobesa, quien tuvo que hacer un “esfuerzo inmenso” para prepararse el examen: “Hacía diez años que había terminado la carrera, y no tenía el hábito de estudio tan fresco. Me costó un poco coger el ritmo, y le dedicaba diez o doce horas al día, pero después ya iba solo”.

Para ello, Alexandra, quien ya había hecho prácticas en farmacia hospitalaria durante la carrera y es un campo que siempre le había “llamado la atención” desde entonces, decidió dejar su trabajo como farmacéutica comunitaria en Sevilla, ya que no se veía capaz de compaginar ambas facetas. “Tardé varios días en hacerme a la idea cuando conocí la nota, porque la verdad es que no me lo esperaba entre tantas personas que éramos. Me conformaba con sacar plaza de lo que fuese”, apunta entre risas. Y sentencia convencida: “Nunca es tarde para dar el salto”.

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