Prevención secundaria, la medida esencial de la EFPIA en el abordaje de la patología cardiovascular

Mejorar la prevención secundaria incrementa la cantidad de pacientes que alcanzan los niveles óptimos que se recomiendan para cada factor de riesgo del 43% al 70% podría prevenir 67.170 eventos cardiovasculares

Estetoscopio junto a corazon realista (Foto. Freepik)
25 enero 2024 | 00:00 h

Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son responsables de casi cuatro millones de muertes al año, y de un tercio de las muertes prematuras en Europa. En los últimos años, los expertos han establecido estas patologías como la causa de mayor morbilidad y mortalidad en la Unión Europea, y se estima que en la región hay alrededor de 50 millones de personas viven con enfermedades cardiovasculares.

Esto supone una gran carga financiera asociada a las ECV. Un reciente informe, encargado por la Federación Europea de Asociaciones e Industrias Farmacéuticas (EFPIA), estima que estas enfermedades suponen un gasto total de 282 mil millones de euros al año. De este gasto, 155 mil millones son debidos a los costes sanitarios y de cuidados a largo plazo, 48 mil millones de euros a las pérdidas de productividad y 79 mil millones de euros por los costos de cuidados informales. Asimismo, los costes sanitarios y sociales relacionados con las enfermedades cardiovasculares representan, de media, el 11% del gasto sanitario de la UE y el 2% del PIB de la UE.

Los costes sanitarios y sociales relacionados con las enfermedades cardiovasculares representan, de media, el 11% del gasto sanitario de la UE

Una de las medidas de prevención secundaria, es decir, las medidas que se toman para prevenir el empeoramiento de las ECV en los pacientes que ya las padecen, es el tratamiento antihipertensivo, que consiste en controlar la presión arterial alta, que es un factor de riesgo. El texto afirma que si el 70% de las personas con ECV que necesitan tratamiento antihipertensivo lo reciben y lo siguen correctamente, se podrían ahorrar 332 millones de euros en costos sanitarios directos durante un período de 10 años en Italia, Alemania, España, Francia e Inglaterra.

La investigación de la EFPIA demostró también que mejorar la prevención secundaria incrementa la cantidad de pacientes que alcanzan los niveles óptimos que se recomiendan para cada factor de riesgo del 43% al 70% en las seis regiones analizadas: Francia, Alemania, Italia, España, Dinamarca, Polonia y el Reino Unido. Conseguir este incremento de la tasa podría prevenir 67.170 eventos cardiovasculares (CV) fatales por año.

Concretamente, una mejor gestión de la hipertensión, la hiperlipidemia y la diabetes podrían evitar 671.700 eventos CV mortales en diez años, siendo la diabetes el factor de riesgo que más contribuye a este resultado.  A su vez, los resultados del estudio destacan cómo el alentar al 70% de los pacientes con ECV que fuman a dejarlo podría evitar 27.189 eventos mortales adicionales por año. De esta manera, se podrían prevenir casi 95.000 eventos CV mortales por año, lo que representa una mejora del 5% en la mortalidad por ECV. En diez años, esto podría equivaler a casi un millón de muertes evitadas por ECV, lo que muestra el gran impacto potencial de la prevención secundaria.

LA PREVENCIÓN EN EL PUNTO DE MIRA

El hecho de que muchos factores de riesgo de ECV, entre ellos la presión arterial alta, el colesterol alto, los niveles elevados de glucosa en sangre y el tabaquismo, puedan reducirse significa que muchos casos se pueden prevenir. Si bien el tratamiento es eficaz, los retrasos en el diagnóstico tienen un efecto posterior en el inicio del tratamiento, lo que tiene un impacto evidente en la carga de enfermedades cardiovasculares.

Es particularmente importante diagnosticar y tratar a las personas con ECV lo antes posible para prevenir complicaciones. Por lo tanto, la inversión en la detección temprana debería ser un foco gubernamental clave. Según afirma el informe, ya previamente citado, es probable que la manera más eficiente para esta detección sean los controles de salud cardiovascular realizados en un entorno de atención primaria.

Si bien nuestros datos no nos permiten determinar definitivamente el número de eventos CV fatales evitados como resultado de una mejor prevención secundaria en toda la UE, podemos estimar que con una mejor prevención se podrían evitar 81.035 muertes por año en estos seis países, lo que supone un 19% menos que el número actual de muertes por eventos cardiovasculares.

Es cada vez más necesario que la UE implante un plan integral para abordar las dificultades que provocan las ECV

Sin embargo, dentro de la Unión Europea existe una enorme variación, ya no solo en términos de tratamiento, sino también de acceso y de prevalencia de factores de riesgo. Debido a esto, es cada vez más necesario que la UE implante un plan integral para abordar las dificultades que provocan las ECV. La formación de la Alianza Europea para la Salud Cardiovascular (EACH), formada por 17 organizaciones en el espacio europeo de ECV, ha sido fundamental para promover esta necesidad. Esta ha permitido que las ECV se incluyan ahora en el programa de la actual Presidencia del Consejo del trío de la Unión Europea (España-Bélgica-Hungría) por primera vez en los 30 años de historia de la UE.

Sin embargo, pese a la importancia de que a nivel internacional se aúnen esfuerzos, también es necesario implementar a nivel nacional planes en todos los Estados miembros para garantizar un acceso equitativo a altos niveles de prevención y atención en toda la región. En este contexto, España y Polonia ya han introducido una estrategia integral de salud cardiovascular con el objetivo de garantizar un acceso equitativo a la prevención en toda la UE.

España y Polonia ya han introducido una estrategia integral de salud cardiovascular para garantizar un acceso equitativo

Otra de las recomendaciones de la EFPIA para mejorar la situación en Europa es mejorar la recopilación de datos entre la población de enfermedades cardiovasculares. El objetivo es contrarrestar las lagunas y la fragmentación de datos existentes. La falta de datos completos y de registros financiados con fondos públicos impide que el gobierno comprenda las brechas y el impacto de una mejor rehabilitación post-evento agudo de ECV.

Asimismo, según recomienza la federación, para lograr una mejora en el abordaje también se vuelven prioritarios los incentivos a los servicios de atención médica para modificar la práctica clínica y garantizar que los pacientes alcancen los objetivos de tratamiento para los factores de riesgo.

En última instancia, los responsables políticos europeos, junto con los actores de la industria, las sociedades de profesionales sanitarios y las comunidades de pacientes con ECV deben establecer asociaciones público-privadas para extraer conocimientos y recursos que impulsen el impacto a nivel local y de la UE con el fin de disminuir la incidencia de estas patologías.

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