De hecho, la Federación Europea de Asociaciones de la Industria Farmacéutica (EFPIA, en sus siglas en inglés) ha emitido recientemente un comunicado en el que señala como “mejor interés”, tanto para la industria de Reino Unido como de toda Europa, mantener la adhesión comunitaria. “Las empresas farmacéuticas de Reino Unido podrán seguir beneficiándose de colaboraciones en la investigación y desarrollo de fármacos en el mercado de la UE, así como de un entorno reglamentario armonizado”, dicen desde esta organización.
CONSECUENCIAS EN LA EMA
La salida de Reino Unido de la Unión Europea afectaría de una manera transcendental a la Agencia Europea del Medicamento (EMA, en sus siglas en inglés). Actualmente, el máximo organismo de regulación de fármacos a nivel comunitario tiene su sede en Londres, por lo que esta situación podría tener unas consecuencias sustanciales en su organización y funcionamiento.
En este sentido, la patronal de la industria farmacéutica en Suecia mostró hace unos meses su disposición a albergar esta institución. Sin embargo, desde la EMA y la Comisión Europea todavía no se han manifestado al respecto. Según el portavoz de la patronal sueca, Anders Blanck, el traslado de la Agencia Europea del Medicamento a Suecia tendría sentido por la fortaleza científica del país y el papel importante de sus científicos en el proceso europeo de aprobación de nuevos medicamentos.
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