España es el segundo país de la Unión Europea, por detrás de Alemania, con el mayor porcentaje de población con sobrepeso u obesidad. Actualmente, en torno al 50% padece alguna de estas patologías, con un gran número de pacientes en edades comprendidas entre los 60 y los 70 años. Esta enfermedad, según el Mapa Mundial de la Obesidad, afectará a más de 400 millones de personas en 2035.
La obesidad es definida como “la pandemia del siglo XXI” por la Organización Mundial de la Salud (OMS), una pandemia que incrementará los casos de diabetes y otras comorbilidades asociadas de forma masiva para 2050. Enfermedades cardiovasculares, diabetes, alteraciones locomotoras, fertilidad y una larga lista de morbilidades pueden estar condicionadas por patologías como la obesidad.
Así lo explica Almudena García, coordinadora de ‘Obesidad: la pandemia silenciosa’ e investigadora en el área de Bioquímica y Biología Molecular en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid (URJC), en colaboración con grandes expertos, en una obra que aborda el papel de la obesidad en las comorbilidades y la vida de quienes la padecen.
“Con la obesidad nos quedamos en la superficie, en la parte más estética, sin tener en cuenta las cifras y todo lo que implica”
Más de una veintena de expertos de campos como la medicina, la historia, la educación o la nutrición reflexionan sobre los porqués de esta patología, más allá de las acusaciones como: “El que está gordo es porque quiere”. La obesidad, además de considerarse una pandemia, también es silenciosa, como apunta García a este medio: “Es silenciosa porque todos sabemos que hay obesidad, pero no somos conscientes realmente del alcance que tiene”.
“Con la obesidad nos quedamos en la superficie, en la parte más estética, sin tener en cuenta las cifras y todo lo que implica”, asegura García, “esto nos impide ir más allá y hacernos conscientes de todo lo que tenemos alrededor y de cuánto está creciendo la obesidad”, añade.
“La población con un poder adquisitivo más bajo no puede acceder a una compra más saludable”
García explica en las primeras páginas del libro cómo ha cambiado la sociedad y, por tanto, enfermedades como la obesidad. Siglos atrás, las personas con un peso más alto eran aquellas que tenían mayor poder adquisitivo. Actualmente, el panorama ha cambiado, “la población con un poder adquisitivo más bajo no puede acceder a una compra más saludable”, explica la experta. “Los alimentos frescos son siempre los más caros, mientras que los más baratos son los ultraprocesados”, asevera.
Sin embargo, la comida no lo es todo y, a diferencia de las creencias de muchas personas, no todo el que tiene obesidad es porque quiere. El componente genético es clave en el desarrollo de muchas enfermedades, como ocurre con la obesidad. “La genética es fundamental, algo que no podemos cambiar y es muy difícil de regular”, insiste la coordinadora del libro.
Si a la genética añadimos otros condicionantes, el desenlace puede ser el sobrepeso o la obesidad. Factores como lanutrición, la actividad física o los niveles de estrés influyen directamente en el desarrollo de esta patología y “la retroalimentan”. “Si no se cuidan los factores que están en nuestras manos es más fácil que aparezcan determinadas patologías”, reconoce.
“OBESOS METABÓLICAMENTE SANOS”
La obesidad no siempre queda reflejada en los análisis de sangre, o así lo reconoce el libro coordinado por García. También existen los “obesos metabólicamente sanos”, menciona la autora en una de sus líneas. “Tengo obesidad y todos mis análisis están estupendamente”, añaden algunas personas en sus redes sociales, según García.
“Cuando el tejido adiposo no puede almacenar más grasa, esta va a pasar a los órganos y alterará su función, pero mientras las grasas no hacen el daño típico de la obesidad, estas personas serán ‘obesos metabólicamente sanos’ y sus todos los parámetros de sus análisis estarán dentro de un rango saludable”, explica la coordinadora. Sin embargo, “los obesos que actualmente sean metabólicamente sanos, con el paso del tiempo verán fallar su tejido adiposo y podrán desarrollar las complicaciones típicas de la obesidad”, asegura.
“Tenemos asumido que la obesidad afecta al sistema cardiovascular, pero también afecta a otros órganos”
Además, la obesidad es capaz de afectar a todos los órganos. “Tenemos asumido que la obesidad afecta al sistema cardiovascular, pero también afecta a otros órganos”, subraya la experta. “Si la grasa se escapa del tejido adiposo va a llegar al hígado y va a dar un hígado graso, que no va a ser capaz de funcionar, va a dar lugar a un riñón graso, que tampoco es capaz de funcionar bien, un páncreas graso, y un largo etcétera”.
OBESIDAD Y SALUD MENTAL
La relación entre la obesidad y la salud mental es bidireccional. Como explica la especialista en el libro, algunos estudios resultan contradictorios, pero sí existe una relación entre obesidad y salud mental, y viceversa. “Tenemos dos puntos de vista, porque puede existir una mala percepción de nuestro cuerpo y esto puede derivar en un trastorno de la conducta alimentaria, pero también tenemos el hambre emocional”, destaca García.
“Contribuye al deterioro cognitivo y al deterioro del cerebro, favoreciendo la demencia”
“Las personas obesas tienden a sobreestimar sus propias dimensiones, algo que se traducirá en un trastorno de la conducta alimentaria”, considera la bioquímica. Además, la obesidad es desencadenante de numerosos problemas cognitivos. “Contribuye al deterioro cognitivo y al deterioro del cerebro, favoreciendo la demencia”, ejemplifica García.
Esta enfermedad crónica alcanza cifras desorbitadas con previsión de crecimiento para el resto de años. Por este motivo, expertos como Almudena García recuerdan la importancia de conocer las diferentes variables que pueden intervenir en su desarrollo y valorar los tratamientos más innovadores disponibles para mejorar su abordaje.