Programación remota de estimulación cerebral: el sistema que ha cambiado la vida de Carolina Alonso

La paciente asistió el pasado miércoles a ‘El Hormiguero’ y demostró como la tecnología es capaz de controlar la enfermedad neurológica que padece

La paciente haciendo una demostración en su visita a 'El Hormiguero'. (Foto: @El_Hormiguero)
La paciente haciendo una demostración en su visita a 'El Hormiguero'. (Foto: @El_Hormiguero)
Itziar Pintado
8 febrero 2024 | 13:40 h

El temblor esencial es un trastorno del movimiento que afecta al 6% de las personas mayores de 60 años. Sin embargo, esta afección puede presentarse en cualquier etapa de la vida, hasta en edades tempranas. Es el caso de Carolina Alonso, paciente de temblor esencial, que acudió al programa ‘El Hormiguero’ el pasado miércoles para demostrar la eficacia de la programación remota para la estimulación cerebral profunda en el control de estos movimientos involuntarios.

Alonso lleva diagnosticada de temblor esencial desde los 12 años. Han pasado 32 años desde que la paciente padece esta patología. “Me operé hace dos años y me ha cambiado la vida”, asegura la paciente. Carolina tenía un temblor muy incapacitante: “Me limitaba para hacer tareas cotidianas tan sencillas como comer, teclear en un ordenador o cosas que no valoramos hasta que no podemos hacerlas”.

“Es una terapia que consiste en liberar un poco de electricidad en ciertas áreas del cerebro para aliviar síntomas neurológicos”

Sin embargo, gracias a técnicas como esta, que ya está en manos de los profesionales sanitarios como Cristina Torres y Lydia López, neurocirujana y neuróloga del Hospital Universitario La Princesa, respectivamente, Alonso ha podido retomar su vida normal. “Es una terapia que consiste en liberar un poco de electricidad en ciertas áreas del cerebro para aliviar síntomas neurológicos”, explica Torres. “Dependiendo de la enfermedad que tenga el paciente, se coloca en el circuito del movimiento”, añade, como es el caso de Carolina.

El electrodo cerebral se implanta a través de una intervención quirúrgica. “Se implanta mediante unos agujeros en el cráneo”, matiza la doctora. A esta herramienta se le añade el cable de extensión que sirve “como empalme de una batería que se coloca debajo de la piel y no se puede apreciar desde el exterior”, continúa.

Tras este implante, como ha explicado la neurocirujana en el plató, “se decide en consulta que tipo de electricidad, qué cantidad de corriente y por donde queremos que salga para cada paciente determinado”. Además, como señala la paciente, este dispositivo no se puede ver a simple vista. “Al principio llevaba la cabeza afeita, pero a día de hoy no se ve nada”, comenta.

Ahora, para facilitar la atención de los pacientes, los facultativos han dado un paso más y han introducido otra innovación a esta tecnología. El control del implante “ahora se puede hacer por Wi-Fi”, de esta forma la paciente puede estar en cualquier parte del mundo y el dispositivo podrá controlarse igualmente.

“En un paciente con temblor esencial se puede hacer despierto para ver que el electrodo está perfectamente controlado a través de una prueba en la que se aprecia que el temblor desaparece”

En la intervención, el paciente permanece despierto o dormido según el tipo de enfermedad que tenga. “En un paciente con temblor esencial, se puede hacer despierto, para ver qué el electrodo está perfectamente controlado a través de una prueba en la que se aprecia que el temblor desaparece”, subraya.

No obstante, en el caso de Carolina, la intervención fue con anestesia. “Ya hemos encontrado una forma de intervenir al paciente por la que no hace falta que esté despierto”, señala la neurocirujana.

CÓMO FUNCIONA LA PROGRAMACIÓN REMOTA

“Lo único que necesitamos es Wi-Fi en el hospital y en su casa”, explica la neuróloga del Hospital La Princesa. “De esta forma no tenemos que hacerles venir y perder tiempo a los cuidadores”, añade y asegura: “Es una forma muy sencilla y muy rápida”.

La paciente tiene a su disposición un mando por el que permite a los profesionales conectarse a su dispositivo. “No solamente es conectarnos para vernos, como en la telemedicina, sino también para cambiar sus parámetros”, resalta López. De esta forma, si la paciente necesita subir, bajar o ajustar mejor esta tecnología, se podrá solucionar a distancia. Esta tecnología ya se está investigando en otras enfermedades.

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