El actor Arón Piper visitó el plató de ‘El Hormiguero’ el pasado 10 de enero junto a su compañero de rodaje José Manuel Poga, ambos protagonistas de ‘El correo’, una película que se estrena el próximo 19 de enero. Durante la promoción de su nueva creación audiovisual, Piper confesó el trastorno que padece, similar a una condición neurológica como la dislexia.
La discalculia es una condición neurológica que dificulta el lenguaje numérico. Los niños en edad escolar pueden sufrir esta patología, cuyos síntomas más comunes son la confusión de números y signos, y los fallos en los cálculos mentales así como en el trabajo con abstracciones. Esta patología, según explica un artículo de ‘Esemtia’, se encuentra presente en el 4,5% de los niños en situación escolar con una distribución similar entre niños y niñas.
“Se me puede timar fácilmente en cuanto a dinero”
“Es como la dislexia, pero con números”, apunta el actor en su entrevista con Pablo Motos. El presentador peguntó al actor cómo le afecta en su día a día, a lo que el actor respondió rotundamente: “Se me puede timar fácilmente en cuanto a dinero”. Además, el actor ha explicado que su mayor problema es con el cambio de monedas o billetes.
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Los síntomas más comunes son la dificultad para reconocer el significado de los números, para agrupar objetos en cantidades o para emparejar números con cantidades. Asimismo, se incluyen todos los problemas de cálculo relacionados con operaciones matemáticas, tablas de multiplicar o unidades de medida.
Aunque las causas son muy variadas, existen tres muy concretas, como son las causas biológicas, el daño cerebral o las causas ambientales. La primera de ellas puede ser un problema genético, mientras que la segunda está asociado a una lesión cerebral y la tercera a la educación o estimulación del niño en la etapa escolar.
Más allá de los problemas en matemáticas asociados a la población infanto-juvenil y las etapas escolares, las dificultades en el lenguaje numérico también pueden estar asociadas a trastornos neurológicos, como la discalculia, tal y como ocurre con la dislexia. Esta última puede afectar a 800.000 niños en las aulas en España, según datos de la Plataforma Dislexia.