¿Qué valoración hace en el presente año como consejero de Sanidad?
Es cierto que la situación no es ni mucho menos la mejor que podría desear, pero tras mi paso por el Parlamento de Canarias como diputado ahora comprendo y conozco con más profundidad la realidad de la sanidad pública canaria y estoy totalmente convencido de que tiene mucho futuro. Se han vivido situaciones tremendamente complicadas por la falta de fondos pero, aunque la escasez de fondos sigue estando ahí, ahora lo que toca es reflotar, darle un gran empujón a los servicios y que la maquinaria funcione a pleno rendimiento. Los profesionales son el gran valor con el que cuenta la sanidad pública. Son personas comprometidas y dispuestas a participar en cualquier acción que suponga una mejora de la calidad de los servicios. Durante mucho tiempo apenas se ha contado con ellos y lo único que se ha hecho es exigirles más y más esfuerzos. Ahora no solo tienen voz en ámbitos como la Mesa Sectorial de Sanidad sino que existe una relación fluida. No obstante, el verdadero protagonista debe ser el paciente. Él debe ser el centro del sistema y todas las decisiones y medidas que se tomen deben ser pensando en ellos. He llegado a la Consejería con esa idea y la estoy desarrollando.
¿Cuáles son sus principales objetivos en la legislatura?
"Los profesionales son el gran valor con el que cuenta la sanidad pública. Son personas comprometidas y dispuestas a participar en cualquier acción que supone una mejora de la calidad de los servicios"
Me preocupa la ausencia total de planificación que hay en una materia tan sensible como es la sanidad pública. En Canarias no hay un Plan de Urgencias, ni de Salud, ni de Cuidados Paliativos, ni de Infraestructuras y Grandes Equipamientos, tampoco hay un Plan de Recursos Humanos o de Salud Mental que estén adecuadamente actualizados, por eso creo que una de las primeras labores ha de ser la de planificar, sin que ello signifique descuidar el día a día. Vamos a retomar el proyecto del Plan de Salud que quedó pendiente la pasada legislatura, estamos trabajando ya en el Plan de Urgencias Sanitarias y pronto abordaremos el de Cuidados Paliativos. En cuanto a las listas de espera, otro asunto que nos preocupa notablemente, tenemos que aumentar el rendimiento de los centros sanitarios y de sus equipamientos y para ello hará falta contratar a más personal, deslizar turnos o generar programas especiales. Insisto en que nada de todo esto se podrá realizar sin la colaboración de los profesionales. Los recortes sanitarios de los últimos años han dificultado la situación laboral de muchos profesionales del sector, ¿qué medidas tiene previstas para su mejora?
Estoy completamente de acuerdo en que se ha dificultado la situación laboral de muchos trabajadores con el agravante de que no ha habido igualdad entre los diferentes trabajadores públicos causando perjuicios al personal sanitario. Mi compromiso es ir devolviendo los derechos perdidos de forma gradual. Desgraciadamente fue muy fácil eliminarlos y será más complicado devolverlos, pero confío en poder restaurarlos en estos cuatro años. No obstante, como diputado una de las cuestiones que más recriminé al anterior gobierno fue la falta de diálogo con los trabajadores del Servicio Canario de Salud. Hemos iniciado esta nueva etapa con otro talante y con un contacto más continuo y cercano con los sindicatos. Esto no significa que podamos aceptar todas sus peticiones pero sí que seremos más sensibles y estaremos más al tanto de sus planteamientos.
¿Qué papel juega la colaboración público-privada en su Comunidad?
"Defendemos que la asistencia en clínicas concertadas debe ser complementaria y no suplementaria de la sanidad pública y las cosas de ahora en adelante van a cambiar tanto en el qué como el cuándo y en el dónde"
Hasta ahora se ha funcionado de forma muy desigual en una provincia y en otra, lo que ha hecho que en Tenerife haya más dependencia de la concertación que en la provincia de Las Palmas. No obstante, defendemos que la asistencia en clínicas concertadas debe ser complementaria y no suplementaria de la sanidad pública y las cosas de ahora en adelante van a cambiar tanto en el qué como en el cuándo y en el dónde, puesto que a medio plazo se intentarán revisar todos los contratos de concertación que tiene suscritos la Comunidad Autónoma y adaptarlos a la Ley de Contratos del Estado, lo que los dotará de mayores garantías. Lo que no puede ser es que estén vigentes contratos anteriores a la etapa democrática. Expertos en prevención y en educación socio-sanitaria insisten en el ahorro que supone invertir en este ámbito, ¿qué lugar ocupa la prevención y la educación socio-sanitaria para la salud en sus planes sanitarios?
Desde luego la prevención ha sido la gran damnificada de los recortes y las políticas de austeridad y ha quedado reducida a la mínima expresión. Todos los expertos coinciden en que invertir en prevención supone, a la larga, la mejor medida que se puede tomar. Quizás el problema es que existen demasiados problemas urgentes o que no pueden esperar y se va parcheando aquí y allá y se deja la prevención para más adelante, esperando el momento en que se pueda llevar a cabo. Desde luego yo sé que tomaré medidas cuyos resultados probablemente no veré como consejero, pero eso no quita que haya que tomarlas y cuanto antes mejor. Me refiero fundamentalmente a la prevención de la obesidad y sobrepeso infantil, o la diabetes y sus patologías asociadas o el VIH-Sida que vuelve a repuntar por la falta de campañas y de información entre la juventud.
La financiación y el acceso a tratamientos innovadores y a la tecnología sanitaria se han convertido en un importante reto económico, ¿de qué fórmulas es partidario/a para su ejecución?
Desde luego mi compromiso es que ningún paciente del sistema público se quede sin recibir el mejor tratamiento posible para su dolencia, en base a la evidencia científica y a su coste utilidad, de estas cosas hay que empezar a hablar. Desde el punto de vista logístico hay que ir hacia la compra centralizada de productos sanitarios en general, ya sea equipamiento como fármacos, en este sentido debe cobrar valor el SNS y la coordinación entre comunidades.
¿Por qué modelo de atención sanitaria al inmigrante irregular apuesta?
"Mi compromiso es que ningún paciente del sistema públcio se quede sin recibir el mejor tratamiento posible para su dolencia"
Mi compromiso y el del Gobierno al que pertenezco fue, desde nuestra llegada, devolver la asistencia sanitaria a los colectivos que quedaron excluidos por el Real Decreto 16/2012 y hacerlo con las máximas garantías legales. Aunque se demoró más de lo que hubiéramos deseado, desde el pasado 10 de diciembre ésta ya es una realidad en Canarias y todos los ciudadanos del Archipiélago tienen asegurada la asistencia sanitaria. Siempre he considerado que se trata de una cuestión de salud pública y de humanidad, la misma que hemos manifestado estos meses atrás hacia los refugiados que, siendo un colectivo administrativamente distinto, no lo son desde el punto de vista humano. Según la OCDE, el gasto sanitario en 2060 supondrá el 14% del PIB, ¿cómo se puede hacer frente en un futuro a esta situación desde las CC.AA.?
Lo cierto es que en los últimos años el gasto sanitario está bajando y no subiendo su peso relativo en el PIB. Pero estoy seguro de que remontará, aunque no creo que hasta esos valores, lo que habrá que hacer es evaluar adecuadamente las nuevas acciones y que los estudios de coste-utilidad jueguen un papel, absolutamente vinculante en la toma de decisiones.
¿Los consejos interterritoriales son suficientes en la relación Consejería-Ministerio? ¿Deberían tener carácter vinculante?
La relación entre el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas no ha sido la mejor durante la mayoría absoluta del Partido Popular y, aunque tras la salida de Ana Mato se notó una mayor sensibilidad por parte del ministro Alfonso Alonso, lo cierto es que el balance final es muy negativo. Ha sido con diferencia el peor gobierno en materia sanitaria con cuestiones como la implantación del copago y de medidas claramente discriminatorias hacia los pacientes como es el caso de limitar la atención a las personas en situación irregular.
España siempre fue un referente mundial por tener una de las mejores sanidades públicas universales y gratuitas del mundo y hubo momentos en los que pareció que eso iba a dejar de ser así. En este tiempo ha habido muchos vaivenes y el diálogo con las comunidades ha brillado por su ausencia. Los Consejos Interterritoriales de poco han servido puesto que el Ministerio ha impuesto sus ideas y medidas incluso teniendo a muchas comunidades autónomas en contra y nosotros nos hemos visto en la obligación de buscar alternativas para tratar de frenar el desmantelamiento de los servicios, asumiendo costes que no nos correspondían. Afortunadamente es muy probable que ahora, tras las elecciones del 20 de diciembre, haya un cambio político que dé marcha atrás a muchas de estas medidas claramente antisociales y que apueste de forma clara y contundente por la sanidad pública.
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