China se ha convertido en el tercer país del mundo en desarrollar una vacuna contra el ébola, después de Estados Unidos y Rusia. La investigación puesta en marcha en el gigante asiático es un trabajo conjunto del Instituto de Bioingeniería de la Academia China de Ciencias Médicas y Militares y la corporación Cansino Biologics. Se trata de la primera vacuna recombinada basada en la cepa de la reciente epidemia en África Occidental en 2014, el brote más letal registrado, y aborda una tipología diferente del virus a las que habían sido desarrolladas hasta ahora.