Compartir recursos y conocimiento, como valor diferencial de los nuevos grupos sanitarios

Ramón Berra
Director General de Miranza

Los grupos sanitarios formados por diferentes clínicas localizadas por toda la geografía nacional son cada vez más comunes en nuestro país, y cada día plantean nuevas cuestiones organizacionales que pueden suponer retos a la hora de unificar procedimientos.

En este contexto, resulta indispensable tener objetivos o metas estratégicas comunes, que lleven a estas empresas a conseguir resultados cualitativamente diferentes a los conseguidos hasta ahora por su competencia.

El trabajo en red permite tejer nudos de estrategia y acción para mejorar la planificación y las acciones de un grupo sanitario a través de todas sus clínicas, así como la especialización de tareas, de manera que posibilite la complementariedad de esfuerzos y capacidades.

Así, esta forma de organización pone especial énfasis en la acción común y posibilita que todas las clínicas puedan participar en la creación de iniciativas relevantes para la Compañía en su conjunto, aportando un punto de vista local que se perdería si no existiera una red de trabajo en común. Los diferentes centros pueden compartir recursos, profesionales, experiencia y conocimiento, creando valor añadido para el negocio.

Transferir conocimiento de una filial a otra resulta clave para cualquier compañía, pero se hace indispensable para grupos sanitarios en los que el conocimiento sobre últimas técnicas en cirugía e investigación supone un valor diferencial frente a la competencia. El espíritu de aprendizaje mutuo da lugar a la escucha activa y la autocrítica, propiciando un espacio de mejora constante del que, en primera instancia, se benefician los pacientes. Por este motivo, es fundamental mantener una dinámica que facilite la comunicación, utilizando todos los medios al alcance, ya sea a través de escritos, correos electrónicos o encuentros personales y virtuales.

La posibilidad de compartir recursos y personal garantiza a los pacientes localizados en una ciudad determinada el acceso a tratamientos específicos en otras clínicas distribuidas por toda la geografía española en las que la Compañía esté presente

De igual manera, la comunicación constante y la confianza mutua entre todas las clínicas harán que el trabajo en red sea 100% transparente. Solo así se obtendrá un intercambio dinámico de conocimiento y un mayor control sobre el trabajo, sin temor a visibilizar aquellas áreas en las que existe margen de mejora, al mismo tiempo que se construye una relación basada en la honestidad y la franqueza.

Asimismo, la posibilidad de compartir recursos y personal garantiza a los pacientes localizados en una ciudad determinada el acceso a tratamientos específicos en otras clínicas distribuidas por toda la geografía española en las que la Compañía esté presente, garantizando el máximo acceso a todos los servicios sanitarios del Grupo a escala nacional.

Esta estructura organizacional hace converger la experiencia e intereses de las diferentes clínicas y supone una transformación en la cultura organizacional de los grupos sanitarios, logrando un aprendizaje rápido, práctico y eficaz, que beneficia a todos los agentes implicados: a los pacientes que acceden a tratamientos y técnicas innovadoras y a los profesionales de la red a los que se ofrece un entorno de mejora continua, algo que, además, favorece la atracción de talento. En definitiva, debemos combinar la transformación de la organización y de nosotros mismos como profesionales de la salud para ofrecer un servicio de calidad basado en un nuevo contexto de relaciones empresariales

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