Consumo sostenible

Alfonso Vidal
Jefe de las Unidades del Dolor de los Hospitales Sur, La Luz y Valle del Henares de Quirónsalud

Llegamos al cénit del calendario, últimas fechas de un 2022 próximo a tocar cumbre y dar paso a otro ilusionante periodo que llamamos año nuevo y que, un par de semanas más tarde, evidenciará que solo es más de lo mismo, pero ¡quién soy yo para menguar fantasías y esperanzas, cuando la realidad ya se toma ese trabajo!

Tiempo para reflexionar sobre lo pasado y evaluar aciertos y errores cometidos, con el fin de prolongar los primeros y evitar los segundos. Y también tiempo de renovar y por qué no generar nuevos propósitos, establecer nuevas metas, amistades, librarse de las tóxicas, adquirir habilidades insospechadas, desprenderse de vicios, adquirir novedosas virtudes, porque la vida aún nos puede deparar muchas sorpresas y aprendizajes.

Proseguir ese camino aconseja consultar al oráculo de la prudencia, el que nos invita a reflexionar sobre el consumo responsable en todos los órdenes, por descontado el alimenticio y el relacional, a fin de evitar el caos gastronómico, económico y familiar que revierte en nuestra salud, física y emocional y en nuestro bolsillo antes o después, a menudo con engorrosas consecuencias.

Los desmanes no conducen a ninguna parte, bueno sí, a la ruina corporal y a la financiera, y aunque solo la muerte es irreversible, algunos episodios de las anteriores pueden dejar secuelas durante un largo trecho que luego arrastramos el resto del año y pretendemos subsanar deprisa y corriendo en la cuesta de enero, pero ni por esas.

"Hay que alejarse de excesos, dar paz a nuestros cuerpos y mentes, consumiendo responsablemente productos de temporada y proximidad y, en la medida de lo posible, reutilizando y reciclando"

Hemos incorporado el concepto de sostenibilidad a nuestra vida cotidiana, en el ámbito empresarial, en el político, en el universitario, en todas partes… todo es o ha de ser sostenible. Para la inefable Wikipedia “describe cómo los sistemas… se mantienen productivos con el transcurso del tiempo, refiriéndose al equilibrio de una especie con los recursos de su entorno”. Para nuestro caso, los humanos y sus compras (en tiendas pequeñas, almacenes, online, etc.).

El desarrollo sostenible tiene tres pilares fundamentales, la sostenibilidad económica, social y ambiental o protección del medio ambiente. Esta afirmación considero que es aplicable al plano corporal, a la dimensión relacional y a la convivencia pacífica con la naturaleza.

Hay que alejarse de excesos, dar paz a nuestros cuerpos y mentes, consumiendo responsablemente productos de temporada y proximidad y, en la medida de lo posible, reutilizando y reciclando. Soy consciente de que implica un esfuerzo, pero dará beneficios individuales, sociales y ambientales más pronto que tarde. Pinos y acebos nos lo agradecerán en forma de sombra o menguando la huella de carbono.

Por supuesto, la medicina y más concretamente la salud no se iba a abstraer de recibir el impacto de este paradigma arrojadizo que, como tantos anteriores, permanecerá por moda un tiempo hasta que los gurús decidan suplirlo por otro más sofisticado o conforme a la moda de los tiempos que corran por entonces.

Nada como subirse a un púlpito e impartir el magisterio del oportunismo mientras haya auditorios y espectadores que compren el mensaje, reflejo sociológico del instante, retratando en foto fija nuestras conductas vigentes y que a la postre será “vintage” porque otra corriente le sucederá. Lo que nunca ha de variar ni pasar de moda debe ser la responsabilidad.

"Sí considero conveniente sugerirles elegir bien las motivaciones para adquirir bienes y servicios, analizar los medios o recursos disponibles y aprovechar siempre las oportunidades y/o señales del propio mercado a fin de evitar males mayores"

Ciertas pautas pueden ser volubles, maleables, dirigibles, reconducibles, conforme a las necesidades del marketing, pero la que dejé flotando al final del párrafo anterior no. Es como la llave de paso que ha de adecuarse a cualquier desarrollo, la válvula que abre el tránsito de una nueva acción y por tanto adaptación, la que da la verdadera dimensión de nuestra forma de proceder.

Ya en una ocasión hablamos en este foro de las tres virtudes teologales, Fe, Esperanza y Caridad, que no denostaré y cada cual sabrá cómo y cuándo llevarlas a la práctica. Pero sí considero conveniente sugerirles elegir bien las motivaciones para adquirir bienes y servicios, analizar los medios o recursos disponibles y aprovechar siempre las oportunidades y/o señales del propio mercado a fin de evitar males mayores.

Son estas fechas entrañables donde siempre nos faltará alguien, quizá también nos sobre. Cada año iremos más cerca del final natural y también veremos agradables incorporaciones que nos devuelvan la escurridiza felicidad. Evitemos a toda costa las conversaciones comprometedoras, los temas candentes que encienden pasiones, disfrutemos de lo que podamos con quien tengamos cerca, olvidemos lo triste, soñemos con lo venidero. Ayudemos a esos “parientes espesos” a expresarse, ignorando sus deslices y atemperando las consecuencias. El afecto es un precursor de salud que no es preciso inventar, solo compartir.

Sólo me resta desear al público lector de www.Consalud.es una feliz navidad y un próspero año 2023. Nos vemos a vuelta de unas semanas. Salud para tod@s.

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