Cumanacoa, el último proyecto de Carlos Rus, presidente de ASPE

Presidente del Grupo Mediforum y Editor de ConSalud.es
Cumanacoa, el último proyecto de Carlos Rus, presidente de ASPE

La última iniciativa promovida por el presidente de la Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE) y secretario de la Fundación Global Salud, Carlos Rus, se denomina Proyecto Cumanacoa.

Cumanacoa es una localidad venezolana de algo más de 50.000 habitantes que pertenece al estado de Sucre situado en la zona nororiental del país. La economía del estado está basada principalmente en la pesca, la agricultura y el turismo, y la situación de pobreza que vive la zona es similar a la que está padeciendo hace años toda Venezuela.

El proyecto Cumanacoa es sin duda una iniciativa muy loable y digna de alabanza, ya que se trata de una “colaboración cercana con la parroquia San Baltasar de Cumanacoa y tiene como objetivo la construcción de un edificio multifuncional que albergará cuatro áreas esenciales: sanitaria, alimentaria, higiénico-sanitaria y formativo-sanitaria, que son pilares fundamentales para el desarrollo y el bienestar de los cumanacueños”, según palabras textuales del propio Carlos Rus en la presentación de esta iniciativa.

Hasta aquí todo muy bien, pero hay muchas dudas y cuestiones que no aclaran desde la Fundación Salud Global ni desde ASPE. Cuestiones que desde la redacción de ConSalud.es se les ha hecho llegar y se ha obtenido la callada por respuesta.

La primera pregunta que nos hacemos es por qué este proyecto en una zona de Venezuela; aunque está en una región muy deprimida, no es ni mucho menos de las zonas más pobres del mundo. Según el informe del Fondo Monetario Internacional de 2023, el país con la renta per cápita más baja es Burundi, seguido de Sierra Leona y Malawi; Venezuela no se encuentra ni entre los 20 países más pobres del planeta, según este informe.

"Por qué este proyecto en una zona de Venezuela, aunque está en una región muy deprimida, no es ni mucho menos de las zonas más pobres del mundo"

Por otro lado, Venezuela está entre los países con mayor corrupción en el sector público, según el Índice de Percepción de la Corrupción que se elabora todos los años. Este estado de corrupción ha salpicado a numerosos políticos españoles tanto del PSOE como de Unidas Podemos e incluso al actual Gobierno de España con el caso conocido como “Delcygate”, cuando la noche del 19 al 20 de enero del 2020 la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, se reunió en el aeropuerto de Madrid con el entonces ministro de Transportes, José Luis Ábalos, a pesar de que las sanciones impuestas por la Unión Europea a la mandataria venezolana le impedían pisar el espacio Schengen. Los motivos del encuentro nunca se explicaron a la opinión pública. Con este proyecto se relaciona de manera indirecta a la sanidad privada con Venezuela y corrupción. 

Pero lo más llamativo de esta iniciativa es que se canaliza a través de la Fundación Global Salud, creada por ASPE en 2014. A esta fundación no se le conoce (o por lo menos no lo ha hecho público) ninguna memoria anual de actividad, iniciativas, ingresos, gastos, etc. De hecho, si se visita su página web, la última información que aparece publicada data de abril de 2019, sin que sea posible consultar ninguna noticia de la Fundación posterior a esta fecha. Una entidad totalmente opaca, sin transparencia y “fantasma” que opera en el sector salud y más concretamente en la sanidad privada española es una bomba de relojería que tarde o temprano explotará y podrá salpicar a muchos de sus componentes.

"A esta fundación no se le conoce (o por lo menos no lo ha hecho público) ninguna memoria anual de actividad, iniciativas, ingresos, gastos, etc."

Otro dato significativo es el importe del proyecto que asciende a 34.305 €, una cantidad que, siendo importante, no debería suponer un desembolso tan grande para una Fundación que representa a la sanidad privada española, por lo que no se explica que su presidente, Carlos Rus, tenga que recurrir a aportaciones externas, a través de una cuenta corriente, y que la Fundación que gestiona no disponga de recursos propios para hacer frente a esta donación, máxime cuando se ha dedicado en  los últimos años a negociar numerosos acuerdos con empresas que, en muchos casos, tienen poco o nada que ver con el sector salud y cuyo beneficio para los asociados de ASPE es prácticamente nulo, pero es de suponer que al menos, han dejado algún rédito económico que se haya podido beneficiar también la Fundación Global Salud para destinarla a iniciativas altruistas como es el proyecto Cumanacoa.

Sin duda, todas las iniciativas altruistas que puedan beneficiar a los más necesitados son dignas de elogio, hay que reconocerlas y apoyarlas, pero también es muy importante analizar antes dónde se van a llevar a cabo, quién se va a beneficiar, cómo se van a vehicular las ayuda y lo que es más importante, con la máxima transparencia posible porque está en juego la reputación de todo un sector, en este caso la Sanidad Privada Española.

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