Desconexión

Alfonso Vidal
Jefe de las Unidades del Dolor de los Hospitales Sur, La Luz y Valle del Henares de Quirónsalud

El final de la temporada llegó y yo partiré. Aún no sé hasta cuándo, este blog escribiré. Pero sé que, con mis manos, semana a semana, lo redacté. Y eso sí que nunca, nunca yo, lo olvidaré”.

Tras esta licencia poética que me he permitido, adaptando la memorable canción de “El final del verano” del inolvidable Dúo Dinámico, pretendo poner el colofón a una temporada en que mutuamente nos hemos acompañado

Es hora de desconectar para descansar, de hacer un break (¡han visto, yo también sé usar anglicismos “a cascoporro”!), cuando se puede decir tranquilamente “romper con la rutina” en pos de un beneficio como en este caso es el descanso reparador

Vivimos tiempos rumbosos, quejumbrosos, superdinámicos, hiperestresantes, y cualquier aumentativo que se les ocurra puede quedar pequeño y superado el año que viene, porque los retos laborales serían como la montaña en el “Tour de France”: cada año se esfuerzan por hacerla más empinada y escabrosa, para ver cuántos se quedan en el camino.

"Nuestro sistema, en este caso nuestro organismo, acostumbrado a unos hábitos y desajustes, a unos desafíos, a unos fuertes contrastes, a madrugar, a comer a deshoras, a dormir cuando el trabajo lo permita, a viajar de aquí para allá…suele dar muestras de agotamiento coincidiendo con los periodos vacacionales"

Nuestro sistema, en este caso nuestro organismo, acostumbrado a unos hábitos y desajustes, a unos desafíos, a unos fuertes contrastes, a madrugar, a comer a deshoras, a dormir cuando el trabajo lo permita, a viajar de aquí para allá…suele dar muestras de agotamiento coincidiendo con los periodos vacacionales, quizá porque las metas más elevadas, siguiendo con el símil ciclista, sean previas al tiempo de asueto pactado o forzado.

El cuerpo humano nos habla, se expresa a su manera, generalmente con metáforas y se manifiesta de una forma explícita cuando no se le ha prestado atención. Suele avisar y desencadenar una alarma antes de claudicar.

Pero hete aquí que muchos de los modos de empleo actual parecen no seguir esa lógica y demandan un nexo umbilical continuado, por el que seguir alimentándose del afánde quien trabaja incluso cuandoya goza de su merecido descanso. Y más desde que existen las tecnologías de la información que nos conectan hasta dentro de la caverna más profunda, el valle más recóndito, la selva más impenetrable o la playa más paradisiaca. Donde menos te lo esperas…allí también hay wifi, aunque no se encuentre agua.

Tanto es así que en los convenios colectivos de muchas empresas se ha empezado a regular el derecho a la desconexión digital, vamos, a no estar disponible para comunicaciones multicanal, conferencias, responder a correos o elaborar informes de última hora para ese cliente puntilloso.

La importancia de la desconexión

En España, como en tantas otras cosas laborales, vamos con el retraso habitual, pero, gracias a normativas europeas y jurisprudencia de obligado cumplimiento, se empieza a respetar el derecho a la desconexión fuera del horario laboral, y naturalmente en el periodo de vacaciones.

Otra cosa es el buen rollo de “ese colega que no recuerda dónde está el documento tal, o qué hicimos con este cliente el año pasado o si vamos a renovar el contrato al de más allá”. Una, dos, a lo sumo tres llamaditas, puede, pero tenernos colgados del móvil, de la Tablet, del portátil, del wifi, para arreglar entuertos “¡No hijo, no!”

"En los convenios colectivos de muchas empresas se ha empezado a regular el derecho a la desconexión digital, vamos, a no estar disponible para comunicaciones multicanal, conferencias, responder a correos o elaborar informes de última hora para ese cliente puntilloso"

Entre las desconexiones recomendables por el bien de uno, pero sobre todo para evitar saturaciones ajenas, está la de las redes sociales, que algunos empleamos como una prolongación de nuestro ser, como una herramienta de trabajo más, pero al igual que el azadón, el tractor, el bisturí, la cazuela, el pico y la pala…hay que dejarlos reposar para eludir el desgaste propio de los materiales.

Eso no quiere decir desaparecer por completo, solo reposar para tomar impulso y volver con fuerza renovadaen la próxima temporada, llena de retos, de desafíos y espero que de mucho trabajo para todas/os porque falta nos hace. El descanso está bien, pero el trabajo también es necesario para el desarrollo del espíritu.

Nuestros caminos ahora difieren, tomaremos vías separadas. Haremos la merecida desconexión. Un descanso activo como cambio de actividad es saludable y de actitud si somos capaces de escuchar a nuestro organismo es enriquecedor.

Recuerden que no todos los adioses han de ser tristes, porque a la vuelta silencio volveremos a encontrarnos. Hasta entonces sean felices y disfruten de una merecida desconexión.

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